Un López Aguilar cuyos vestigios quiso la dirección socialista que le sustituyó borrar de la faz de la tierra, incluyendo en esa limpieza incluso a los empleados de confianza. Pero ahora le hacen falta a Paco Spínola en Tenerife precisamente para contrarrestar al poder que el nuevo poder quiso aupar. El comportamiento de Javier Abreu, primer teniente de alcalde de La Laguna, en aquel congreso regional de Adeje no gustó a la dirección, y por eso tratan de frenar su ascenso a la secretaría general del PSOE tinerfeño. Y es curiosamente entre los defenestrados juanfernandistas donde Spínola y los suyos han encontrado a la tropa que mandar al campo de batalla. Al día siguiente de aquel cónclave de Adeje, Spínola destituyó fulminantemente al director general de Participación Ciudadana, Pedro Ramos, del equipo de Abreu, y lo sustituyó por un juanfernandista, Teófilo González, que anoche aparecía en la lista anti-Abreu en La Laguna, en cuarto lugar, como para disimular. No pudieron meter en la lista a la directora general de Juventud, Estefanía Castro, dimitida de las Juventudes Socialistas por profundas discrepancias, que exigió ir primera. Pero hay otros altos cargos gubernamentales cordialmente invitados a echar una mano en justa correspondencia con la confianza en ellos depositada.