Greenpeace alerta: Canarias es la región con más área natural costera amenazada por el ladrillo

Costa del Pris, en el norte de Tenerife. EUROPA PRESS

EFE

Las Palmas de Gran Canaria —

Canarias es la comunidad española con mayor área natural costera desprotegida del país, según afirma la ONG ecologista Greenpeace en su informe A toda costa, elaborado en colaboración con el Observatorio de la Sostenibilidad.

El estudio, cuyas conclusiones se han difundido este jueves en un comunicado, afirma que un 21% de los hábitats naturales costeros canarios no está protegido, lo que supone una superficie de 154.300 hectáreas (1.543 kilómetros cuadrados) muy por encima del resto de regiones españolas.

La playa de Matas Blancas, en Fuerteventura, es una de las diez más amenazadas por la expansión del ladrillo.

El informe alerta de que los ecosistemas costeros no reconocidos por las figuras de protección de la naturaleza son vulnerables al desarrollo de futuras actividades, principalmente turístico-residenciales, pero también industriales o de agricultura intensiva.

El estudio, que este año pone el foco en las áreas naturales que todavía quedan en la costa tras la urbanización masiva de las últimas décadas y en las amenazas que enfrentan, resalta que de los hábitats naturales costeros sin proteger en Canarias, un 20,3% ha sido catalogado de interés comunitario por la Unión Europea y un 22,9%, como prioritario para su conservación.

“Es necesario que estos ecosistemas sean reconocidos y protegidos antes de que puedan sufrir impactos graves”, señala la responsable de la campaña de Costas de Greenpeace, Paloma Nuche.

Entre las amenazas a las que se enfrenta la biodiversidad de la zona, destaca el proyecto de construcción de un hotel de cinco estrellas en la playa de La Tejita, en Tenerife, un arenal de elevado valor natural y paisajístico, ubicado en un enclave natural reconocido por varios espacios de protección de la naturaleza como la Reserva Natural Especial, Montaña Roja y Sebadales del Sur de Tenerife.

Otro ejemplo representativo de la expansión del ladrillo es el complejo hotelero en las Dunas de Corralejo (Fuerteventura), que incumple la Ley de Costas por estar asentado demasiado cerca del mar y que pretende ampliarse con más apartamentos.

El archipiélago sufre, además, la presión añadida de los vertidos de aguas residuales, derivados de la masificación turística.

El ladrillo ha arrasado con todo en la costa española, pero aún quedan hábitats naturales sin alterar.

Greenpeace ha realizado una selección de diez de las playas naturales más amenazadas por la urbanización masiva en la costa, entre las que se encuentra la playa de Matas Blancas, en Fuerteventura, una playa de arena larga y blanca, muy cerca del núcleo de Costa Calma (que tiene todos sus suelos catalogados para uso turístico), muy amenazada, por tanto, por la expansión urbanística.

El informe de Greenpeace concluye que es necesario un mayor esfuerzo de las políticas de protección de la biodiversidad y reitera la urgencia de las actuaciones sobre el litoral.

Además, estima que para revertir la tendencia de pérdida de biodiversidad los esfuerzos deberían complementarse con la restauración de áreas degradadas, especialmente la recuperación al dominio público de las zonas privatizadas ilegalmente.

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