Ignacio Vidal-Folch: “La sensación de ridículo espantoso con el tema de Cataluña espero que pase pronto”

MADRID, 29 (EUROPA PRESS)

Ignacio Vidal-Folch vuelve a las librerías con un nuevo trabajo literario, 'Lo que cuenta es la ilusión' (Destino), un dietario plagado de humor de los años 2007-2010, en el que el autor catalán da detalles de su propia vida mental junto a signos de la vida cultural, política, corriente, durante los primeros años de la crisis.

“Casi todo lo que aquí aparece es observación”, ha declarado este lunes en un encuentro con periodistas en Madrid. Y apunta: “Observación literaria, de escenas callejeras, de informaciones de cómo se presenta esa crisis, de nuevas mendicidades”.

Vidal-Folch comienza asegurando que ha quedado “contento” de cómo ha salido este nuevo libro. El formato de dietario (que personalmente realiza desde 1998) muestra “una escritura a ratos ensayística y también documental”, señala apostillando que se trata de “juegos con uno mismo”.

El humor es uno de los hilos conductores de este volumen que da cuenta de cómo se vivía en Barcelona en esos años: “Cuando uno está sólo tiende a estar con un humor más grave y un dietario es algo melancólico. Por eso, he tratado de ofrecer cierta amenidad”, señala.

“RIDÍCULO ESPANTOSO”

Preguntado por el asunto de la posible independencia de Cataluña, Ignacio Vidal-Folch ha sido rotundo: “En Barcelona se habla mucho de política y no sirve para nada, resulta agobiante. Esa sensación de ridículo espantoso que hacemos espero que pase pronto y se alivie”, afirma.

A este respecto, recuerda la primera rueda de prensa que ofreció Artur Mas tras ser elegido presidente de la Generalitat: “¡Detrás de él había nada menos que nueve banderas catalanas!”, exclama con sorna.

A pesar de todo, Vidal-Folch cree que la clase política “está muy preocupada por la crisis”. “En ese sentido, ni el PP ni el PSOE se engañan. Saben que hay gente que lo pasa muy mal. Otra cosa es que el discurso público se disminuya y, en vez de arreglar las cosas, contribuyan a crear una atmósfera de desastre”, añade recordando que la tesis de Zapatero era precisamente esa: “No mencionar la crisis y así creer que sería más leve”.

El autor considera que la España de los 60 (“y no digamos ya Cataluña”) “era mucho más bonita” que la actual. “El mismo desarrollo la ha vulgarizado”, asegura. Sin embargo, piensa que lugares como Extremadura, “históricamente más pobres” son ahora “fantásticos”, con ciudades y pueblos menos masificadas y que “apenas han sido tocadas por ese desarrollo”, comenta.

Cuando se le pregunta si tiene una posible solución para la crisis, afirma rotundo: “Pues sí. Quizás venga con la llegada de los bárbaros”. Y explica que se refiere “a los europeos”. “Que ellos nos arreglen lo que nosotros no somos capaces de solventar. Creo que no hay que desesperar”, dice convencido.

Respecto a la decisión de Javier Marías de no aceptar el Premio Nacional de Narrativa, Vidal-Folch dice respetarla. “No está obligado y él, además, ha expuesto razones muy humildes”, agrega.

Finalmente, el autor (que confiesa su admiración hacia el escritor y periodista Joseph Roth) dice haber querido escribir “un libro entretenido y divertido” sin caer en el egocentrismo, “algo peligroso cuando escribes un dietario”.

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