Papá, yo quiero un tinto
Es dulce, con burbujas y viene en lata. No es un refresco carbonatado, es el nuevo formato del último caldo salido de las bodegas del grupo Matarromera. Los responsables de cinco de los mejores vinos de todo el mundo se han lanzado a conquistar el mercado de las bebidas no alcóholicas dirigidas a embarazadas, conductores, diabéticos o musulmanes. Y, por qué no, a niños. ¿No quedaría chic compartir con un hijo una copa de un tinto o un rosado en una terrraza veraniega?
El invento en cuestión es fruto de un largo via crucis de investigación que ha dado también como resultado dos patentes para obtener de las uvas tempranillo, verdejo y toro de las bodegas de Matarromera un elixir de juventud prolongada: los ponifenoles, los potentes antioxidantes que hacen el vino saludable con los que el grupo ha creado su propia línea de cosméticos.
El EminaZero es heredero directo de tres caldos insignia del grupo. El blanco procede de las uvas verdejo con que se elabora el D.O. Rueda de la casa, el Emina Rueda; el rosado, el más achispado, nace de los viñedos de Valdelosfrailes, de donde se obtiene el D.O. Cigales: y el tinto, ligero y refrescante, es la versión sin de los tempranillo de la Ribera del Duero.
Este año los vinos se han estrenado en Las Palmas de Gran Canaria, justo a tiempo para servirse en una mesa al sol, que comienza a abrirse paso con la proximidad de la primavera.