El teatro del pueblo toma Vegueta: “Vinieron a conquistarnos y salieron rebotados”

La compañía teatral, en la Casa de Colón

Ibón S. Rosales

6 de noviembre de 2020 13:14 h

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El casco antiguo de Las Palmas de Gran Canaria acogerá el próximo 14 de noviembre la representación de La batalla de Las Palmas, Carta al Rey, una obra de teatro no profesional impulsada por la Casa de Colón que contará con dos pases gratuitos a las 19.00 y a las 21.00 horas. Un viaje en el tiempo hasta octubre de 1595 cuando la ciudad, con apenas un siglo de existencia, se encuentra con que tiene que rechazar a 4.000 soldados y a 28 barcos en sus costas sin un ejército adecuado. 

“Como dice Lope de Vega o Cairasco de Figueroa, fue la gente de Las Palmas la que rechazó al corsario enemigo. No el ejército de Felipe II, sino la ciudad”, explica el historiador Fernando Becerra, director y autor de la pieza basada en los textos de Viera y Clavijo, Néstor Álamo o Manuel Lobo.

La recreación histórica está protagonizada por las asociaciones socioculturales El Ómnibus: Teatro del Pueblo y ADHICA (Asociación para la Divulgación de la Historia de Canarias). “Son personas de diferentes edades y niveles socioeconómicos, un grupo abierto, plural y diverso en el que todo el mundo demuestra unas ganas tremendas. Somos una asociación sin ánimo de lucro y eso hace también bonita esta experiencia porque todo el mundo pone su voluntad y su cariño porque es su momento de ocio y disfrute”, describe Adrián Santana, organizador y también impulsor del proyecto.

Vestuario del siglo XVI, atrezo, música, bailes y hasta espadachines. Lo que se va vivir en la escalinata de la Plazoleta de los Álamos será grabado en vídeo para llegar al mayor número de personas posible, dadas las actuales circunstancias en las que, a pesar de ser teatro en la calle, será con aforo reducido. La ciudad viaja en el tiempo a través del teatro callejero para recrear un hito histórico del que aprender, que supone un subidón de “orgullo de ser canarios y canarias”. 

“Hablamos de personas mayores que muchas viven solas y esto constituye para ellas estar acompañadas”, comenta Santana, que destaca con cariño a Teresa, la actriz de mayor edad, que a sus 80 años disfruta del teatro que siempre quiso hacer.

“Me ha aportado el tener que salir de casa, obligarme a memorizar, el compañerismo... He conocido gente maravillosa y cada día vas aprendiendo”, relata Carmen Saavedra, una de las actrices del grupo de Las Isletas, quien, junto a sus compañeras, ha confeccionado con mimo y enorme profesionalidad trajes nada sencillos con patrones del siglo XVI. 

“Siento admiración por las capacidades que tenemos. Unos destacan en manualidades y artesanía; otros con la percusión, inventando versos y canciones; y otras con la costura”, dice Mency Muñoz. “Nos complementamos mucho y es enriquecedor porque aportamos, arrimamos el hombro y ayudamos entre todos”, resume Muñoz, que es vicepresidenta de ADHICA, para quien esta obra ha sido, dice, “un regalo”. 

También para Paqui Santana, presidenta de El Ómnibus: Teatro del Pueblo, la fusión de ambas asociaciones resulta enriquecedora. Modista de profesión, cuando se jubiló comenzó a escribir poesía y actualmente prepara su libro. “Cuando me jubilé se me vino el mundo encima, sentí un vacío y quería hacer cosas. Ahora estoy encantada. Me siento plena en los ensayos. Aprendemos muchísimo”, comenta.

Pueblos aborigen y castellano se unen contra un enemigo común. “Y Alvarado como no tiene un ejercito adecuado para rechazar este abordaje utiliza a la gente, y las personas de Las Palmas se envalentonan, asumen el reto y lo logran”, prosigue Becerra. 

“Nos encontramos en un momento de mestizaje en Gran Canaria en el que todavía perviven muchas costumbres y usos aborígenes, pero ya existe una permeabilidad entre sociedades muy importante”, explica el historiador Adrián Santana, que señala el paralelismo con la situación actual: “Estamos en un momento muy difícil, histórico también. Es el mayor problema global desde la II Guerra Mundial y, si no nos unimos ahora, nos vencerá el virus y la crisis económica y social. Por lo tanto, lo que tenemos es que ser una comunidad solidaria y también resistente para doblegar esta situación como lo hicieron los canarios contra los ingleses en 1595”.

La cultura es segura

Se ha demostrado en cada encuentro, tanto en espacio sociocultural de La Feria como en las calles de Vegueta, la Casa Colón o en Las Canteras que, con cuidado, mascarilla, y el respeto máximo de todas las personas que participan en la cultura es segura, “absolutamente segura”, dice Becerra. “No es solo una pandemia lo que genera incertidumbre sino la aceptación del planteamiento yo te cuido, tú me cuidas, nos cuidamos todos y salimos para adelante. No es rechazar sino convivir con lo que nos vaya viniendo”, detalla el dramaturgo. 

“Hay gente que con esta obra ha vuelto a cuidarse con la excusa de la obra. Ha modificado sus planteamientos, su enfoque... Cuando tú le das seguridad a la gente, apoyo, solidez, cariño y oportunidad de hablar y de llorar y de reír....”. La clave, dice Becerra es ese “a pesar de” lo hemos conseguido. “A pesar de los miedos, de las dudas, de la desconfianza... Es muy importante porque en el momento que vivimos con la COVID recordar que el miedo no puede paralizarnos”, asevera. “La cultura y el teatro en este caso está haciendo que el organismo de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria esté más vivo, llenándolo de palabras que nos cuentan quiénes fuimos. Si no sabemos quiénes fuimos no podremos mejorar quiénes somos ni quiénes seremos”.   

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