José Carlos Díez: “La corrupción es un tumor para el crecimiento y el empleo”
“La corrupción no tiene nombre, el mal es el mismo. La sociedad tiene que ser implacable. Mi abuelo decía que los cardos hay que arrancarlos de raíz, porque si no salen más. ¡Zas! y siguiente página, me da igual el color, del partido o de la isla que sean”, decía este miércoles a Canarias Ahora el influyente economista español José Carlos Díez, reflexionando sobre las oportunidades perdidas en España para desarrollar actividades económicas alternativas al círculo vicioso entre turismo y construcción, que en el caso canario tiene en la energía eólica su lado más perverso, al haber despreciado una vía propia menos dependiente del exterior para producir electricidad.
“La corrupción es un tumor para el crecimiento económico y la generación de empleo, hay que erradicarla con cirujía, eso se consigue con la labor de denuncia de los medios de comunicación y la sociedad castigando la corrupción en las urnas”, sentencia el que fuera economista jefe del primer broker de deuda pública en España, Intermoney, que este jueves presenta en Arrecife el Foro de pensamiento económico Global Sur, a celebrar en Lanzarote el primer fin de semana de octubre con el expresidente Zapatero o exministros americanos como Ocampo y Machinea.
Díez llega a la conclusión de que en el Archipiélago “hay un verdadero problema de capacidad de gestión: que hayan tenido tantos problemas legales para sacar un concurso de energía eólica es para hacérselo mirar. Son problemas de mal gobierno, de malas prácticas...son problemas de gobernanza; miramos a Valencia, ¿y todo el lío que montó la familia de [el ahora ministro de Industria] Soria, su hermano [exconsejero canario de Industria], con la eólica?”, se cuestiona.
“Esto es un problema de educación cívica, porque aparte del dinero que se hayan podido llevar, es tremendo el coste de la luz en Canarias, y el sobrecoste que pagamos todos los españoles por la generación de electricidad en las Islas”, se lamenta José Carlos Díez cuando aborda el gran potencial de riqueza eólica de Canarias, con zonas de Lanzarote y Fuerteventura [también en el Sureste de Gran Canaria] que “cuentan con un 50% más de viento al año que el resto de España. Para esas condiciones de viento, en la Península habría que poner los molinos en el mar, y en las Islas lo pueden hacer en tierra firme”. Pero nada de ello se ha desarrollado en diez años y el concurso que diseñaron los Soria ha acabado con siete acusados por corrupción.
“Hay que atacar a la corrupción no solo por el dinero que se pueda llevar, sino por el que deja de ganar, de generar para la propia sociedad”, indica tras valorar que el campo de las renovables, a su juicio mucho más la eólica que la fotovoltaica en Canarias, debía haberse explotado con una política activa desde hace años, “sin la euforia de 2004, cuando el bono se pagaba al 15 o 20%, y midiendo bien el coste de la inversión y los concursos. Porque en la eólica, el coste de generar electricidad es cero una vez montado el molino. Lo que es cara es la inversión”, dice.
Hablando de Canarias, viento, Soria y todo lo que ello conlleva, la conversación con José Carlos Díez derivó de esa manera, en busca de alternativas económicas al turismo y la construcción, las mismas pautas que han marcado la economía española de las últimas décadas, pero el enfoque principal del economista, que moderará varias mesas de alto interés en el Foro Global Sur, no es despreciar a la primera industria canaria. Ni de lejos, más bien, aboga por su modernización y excelencia. “Hay vida después de la crisis ¡claro que sí! El turismo vive un año espectacular pero hay que mirar hacia otro tipo de negocios y no solo a un modelo turístico masivo del todo incluido”, expone el profesor de Economía en ICADE.
“Lanzarote, por ejemplo, ha tenido la tasa de ocupación más alta de España, superando incluso a Ibiza, pero el problema es el gran índice de paro, por encima del 30% de la población activa”, evidencia Díez, para quien la receta canaria sería ponerse en serio, manos a la obra, “en vez de a buscar más turismo, tener mejor turismo, y otras cosas, otro tipo de negocios, como ser una consultoría turística fuera de las Islas, enseñar a otros países, porque Canarias es líder mundial”.
Díez pone el dedo en la llaga para entender por dónde debe corregir el Archipiélago su turismo: “El objetivo es el ingreso de dinero por turista y día, no tener más cantidad, más millones de turistas. Para eso hay que cambiar la coyuntura de los hoteles, en Canarias muy focalizados en los de cuatro y cinco estrellas, pero con un modelo centrado en lo masivo y en el todo incluido. A veces he pensado que solo me falta recoger yo mismo los platos del buffet, o que terminen vendiendo paquetes low cost sin limpieza de habitaciones. Eso es demasiado”.
Y esa, para Díez, es la esencia del Foro Global Sur que ha preparado junto a los promotores de la cita mundial durante el último año. “Queremos hacer algo sobre África, que Canarias esté en la primera línea del amanecer africano. Lo que hagamos en el foro debe servir para hacer negocio, crear empleo y actividad desde las Islas, no que sea un foro de exhibición y politiqueo”, dice el moderador de Global Sur, que nos cuenta que acababa de enviar un correo electrónico a otro de los prestigiosos ponentes, Antonio Catalán, máximo accionista de AC Hotels, “para que le cuente a los hoteleros canarios cómo se gestiona ahora un hotel, desde fondos de inversión, y que nos dé una visión estratégica y global, las oportunidades y amenazas en el sector”.
Explica Díez que de la experiencia de Lanzarote “me interesa más el networking del público y los ponentes en las comidas y reuniones, como economista me interesan mucho las charlas, pero si dentro de un año vuelvo a Lanzarote y alguien me dice que ha hecho negocio gracias al Foro, se me saltarían las lágrimas. Por eso hacemos el Foro, no tenemos previsión de ganar dinero, sino que se hagan negocios para Canarias”, enfatiza el economista, quien cree que ya ha llegado la hora de la iniciativa privada. “Hay que dejar de mirar a los gobiernos, a Santa Cruz o Madrid. Y hay que dejar de mirar a lo local y mirar al mundo, porque la globalización es una oportunidad y no una amenaza. A los que se asusten, les va a ir mal”.
De ahí que ante una mayoría de empresarios que asistará a Global Sur, para Díez “el objetivo es que pongan las largas, abrir luz y poner el foco porque el mundo ya va a otra velocidad”.