Los oficiales canarios de Marina Mercante, por la unificación de criterios
La Asociación Canaria de Oficiales de la Marina Mercante reclama que se aumente la inspección y se unifiquen los criterios en materia de seguridad marítima, pues actualmente cada puerto decide si autoriza la salida de un buque con ligeras deficiencias, lo que puede provocar situaciones diferenciadas.
Así lo indica el presidente de la citada asociación, Carlos Fumero, quien señala que aunque en España se ha avanzado “muchísimo” en seguridad en barcos y puertos, todavía no está al nivel de los países más adelantados en este ámbito en el resto de Europa, Estados Unidos o Japón.
En concreto, Carlos Fumero cree que falta personal de inspección porque la seguridad marítima afecta también a los barcos que llegan a puerto y no cumplen con las normas internacionales en este aspecto.
El número de inspecciones que se realizan en puertos de mucho tráfico, como el de La Luz y Las Palmas, no es quizás el suficiente por falta de presupuesto y personal, y llegan muchos barcos que fondean, se abastecen y continúan la navegación sin pasar una inspección salvo que haya una sospecha previa o deficiencias manifiestas.
Los petroleros y los transportes de mercancías peligrosas están más controlados en función de su especificidad, explica Carlos Fumero, quien detalla que otros barcos son retenidos porque no están en condiciones de navegar, no cumplen con los criterios de casco o maquinaria, aunque a otros se les permite continuar por tener deficiencias que no son vitales para la seguridad.
El problema es que, a pesar de la normativa vigente, no hay una unidad de criterios de actuación y sería necesaria una convención o una reunión de ámbito nacional para establecer una actuación homogénea, pues en la actualidad ocurre que un barco con leves deficiencias puede transitar por un puerto para ser detenido tres días después en otro.
Desvíos
Por ello hay buques que se dirigen directamente a los puertos donde esas leves deficiencias “no les crean mayores problemas”, ya que los armadores “lógicamente” tratan de obtener “el mayor beneficio con la mínima inversión”.
En cuanto a la seguridad del tráfico marítimo entre islas, la declaración de Canarias como Zona Marítima de Especial Sensibilidad ha hecho que se establezcan dispositivos de separación para todos los barcos pero especialmente para los dedicados al transporte de mercancías peligrosas entre Tenerife y Gran Canaria y esta isla y Fuerteventura.
No obstante, precisa Carlos Fumero que la zona de cobertura de Salvamento Marítimo en Canarias es la mayor “con diferencia” respecto al resto de las zonas de cobertura de jurisdicción española y, aunque se pueden aumentar los medios de vigilancia, nunca se puede impedir del todo el tráfico de buques inseguros.
Si Canarias tuviese jurisdicción sobre su mar territorial, como reclama el Gobierno regional, podría aumentar sus competencias en materia de transporte marítimo, ya que el procedente de los puertos marroquíes cercanos a Canarias dejaría de ser tráfico internacional para convertirse en tráfico de cabotaje como el que se realiza entre la Península y las islas, añade Carlos Fumero.
Si un buque realiza la línea Cádiz-Canarias-Agadir el tramo entre las islas y el puerto africano es internacional, pero tendría la consideración de cabotaje si el Archipiélago tuviese jurisdicción sobre sus aguas, lo que podría agilizar trámites burocráticos y aduaneros “y daría mayor cobertura y proyección económica” a las islas.
El presidente de la Asociación Canaria de Oficiales de la Marina Mercante opina que Canarias “tiene el problema” de que, a pesar de ser islas, vive “de espaldas al mar” y carece del “sentimiento” que puedan tener comunidades como Galicia, Cantabria o el País Vasco, que “sienten y viven la mar”.
“Aquí se perdió la pesca en el banco canario sahariano y nadie lo sintió, mientras que con una pérdida así, en el Cantábrico, Gran Sol o en Galicia se hubiese armado la marimorena, y se ha perdido también tráfico marítimo, sobre todo en Tenerife, y a los ciudadanos ni les afecta ni reparan en cuántos buques hay atracados”, detalla Fumero.
No hay consciencia de la importancia del tráfico marítimo mercancías, del que depende el suministro de las islas casi al cien por ciento, lo que posiblemente se deba a una “despreocupación” de la Administración por fomentar la cultura marítima, añade.
Romanticismo
La idea que se tiene del mar es “un tanto romántica” y no hay consciencia de que si se plantease, por ejemplo, una huelga en la marina mercante, en una semana habría que preguntarse “por qué no hay azúcar o no llega la gasolina y la comida”.
Al respecto, afirma Carlos Fumero que últimamente se produce con frecuencia el fenómeno conocido como “la resaca”, que impide que los barcos que transportan gasolina, gasoil o gas puedan operar en los atraques Cepsa, en la terminal de La Hondura, en la capital tinerfeña.
Ello no ocasiona problemas durante un par de días pero si se prolonga durante una semana, como ahora, puede empezar a ocasionar desabastecimiento en el resto de islas, que carecen de refinería y cuyas reservas de crudo pueden mermar considerablemente.
La Asociación Canaria de Oficiales de la Marina Mercante se constituyó en 2003 “con más ilusión que medios” -cuenta actualmente con unos 114 asociados- porque este colectivo “ha recibido muchos palos, muchas promesas y pocas realidades”.
La asociación incluye a todas las categorías profesionales de este sector -capitanes, radiotelegrafistas, oficiales de máquinas o pilotos de segunda- y tiene entre otros objetivos los de colaborar con la Administración y organismos relacionados con el mundo marítimo, además de ofrecer asesoramiento en los juzgados ante litigios por averías en barcos o reclamaciones de seguros, en lo que fiscales y jueces no suelen tener formación específica.