El Instituto Canario de Investigaciones Agrarias celebra sus 30 años con vino de Barcelona el mismo día del lanzamiento de la campaña para consumir producto local

Imagen de familia de los asistentes al almuerzo por los 30 años del ICIA, bañados con vino blanco del Penedés

Román Delgado / Álvaro Morales

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Diferentes partidos, distinto nivel administrativo y seguramente empresas organizadoras sin vinculación, pero el mismo y penoso error. Si el Ayuntamiento realejero (con mayoría absoluta del PP) aguó el 70 aniversario de la fusión del Realejo Alto y el Bajo al no percatarse de que la compañía encargada de la celebración optó por vinos de la denominación de origen Ribera del Duero en uno de los municipios con mayor tradición vinícola de Canarias e integrado en la DOP Valle de La Orotava, con 17 bodegas, el pasado viernes el desliz, por decirlo muy suave (más bien supone una pifia del tamaño del Teide), se intensificó de forma más que considerable pues la institución que eligió vinos de la Península para conmemorar su 30 aniversario y las fiestas navideñas fue nada menos que el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), organismo clave no sólo para mejorar las producciones isleñas del sector primario, sino precisamente para fomentarlas y dar ejemplo. 

Como en Los Realejos, seguramente el error parte, de nuevo, de la empresa encargada de organizar la comida, pero resulta más que chirriante que el ICIA celebre sus 30 años y estas fiestas con vino blanco de la DOP Penedés (Barcelona) –como si en Canarias no hubiera de sobra y de alta calidad- en sus prestigiosas instalaciones de Valle de Guerra (finca Isamar, en La Laguna, Tenerife). Encima, lo hizo justo el mismo día que el consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria, Narvay Quintero (AHI), lanzó la tradicional campaña para intentar impulsar el consumo del producto autóctono en estas fechas de excesos y múltiples comidas y brindis.

Ese día sí que hubo vino tinto canario, pero se ve que no hallaron uno ideal blanco de las Islas, por mucho que los asistentes posaran muy contentos por fuera de la sede del ICIA justamente con Quintero y el consejero delegado de la empresa Gestión del Medio Rural de Canarias (GMR), Juan Antonio Alonso Barreto (CC), compañía pública nacida para promover el sector primario isleño mediante la comercialización, la formación y la gestión de proyectos. Además, también acudió el exconsejero regional del ramo Alonso Arroyo, que también fuera director del ICIA.

Estaban, por tanto, los dos responsables principales de la promoción y potenciación del consumo local en las Islas en un departamento dirigido por AHI y CC (aunque Quintero pertenezca a AHI, toda su carrera la ha hecho al amparo y bajo la tutela de Coalición y, en especial, de Fernando Clavijo), esos partidos que tanto alardean de “defender lo nuestro” frente a los pérfidos “centralistas” o las formaciones que “dependen” de Madrid, el malvado y lejano Madrid: pues la comarca del Penedés está más arriba, por cierto.

Vino de Barcelona en el 30 aniversario del ICIA.

Una rueda y nota de prensa que los deja en evidencia

Pero es que, para más inri, los medios de comunicación de este archipiélago tan vinícola acudieron a una rueda de prensa o recibieron justamente ese viernes una nota de la consejería de Agricultura en la que Quintero lanzaba, muy orgulloso, la campaña institucional Canarias, la despensa del Atlántico, promovida por el Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA) con el apoyo precisamente de GMR Canarias, con el fin de “impulsar el consumo de productos del sector primario de las Islas durante las fechas navideñas”, entre el 19 y el 31 de diciembre.

En esa presentación, el director del ICCA, Luis Arráez Guadalupe, subrayó que “el objetivo de esta acción pasa por animar a los consumidores y consumidoras a dar prioridad en sus compras a los productos locales por el impacto positivo que esto tiene para los profesionales del sector y nuestro territorio”. “Debemos ser conscientes del efecto de nuestras decisiones de compra, de que adquiriendo productos de nuestro sector primario estamos generando economía en nuestro entorno, contribuimos a mantener nuestros paisajes agrarios, zonas rurales y tradiciones, y reconocemos la labor de agricultores, ganaderas y pescadores”.

Está claro que quien eligió el blanco del Penedés ni vio la rueda de prensa ni leyó el comunicado, o compró el vino barcelonés con bastante antelación sin atender, para nada, a ninguno de los numerosos y gastados lemas para consumir los productos del país, ideas fuerza tan repetidas también en ciertos carteles electorales de estos terruños entrañables.

Sin ir más lejos, el propio Arráez recalcó ese viernes el lema de la iniciativa (En Navidad, primero producto de aquí), insistiendo en que “se enmarca en las políticas de fomento y promoción de las producciones de calidad diferenciada y apoyo a la comercialización en el mercado interior que desarrolla el Ejecutivo canario durante el año”, lo que “valora la amplia variedad de productos agrarios y agroalimentarios de las Islas partiendo de la idea de que estos son una expresión directa de la identidad, la tradición y el territorio”. Está también claro que la campaña llegó tarde para la celebración del ICIA, al menos en lo tocante al vino blanco.

Y eso que la iniciativa se acompaña de vídeos que recuerdan que, “en estas fiestas, compartimos historias y productos que saben a hogar, y cada sabor refleja el entorno en el que estos se producen y el conocimiento transmitido de generación en generación, convirtiendo la apuesta por las producciones de proximidad, que forman parte de la vida cotidiana y también de los grandes celebraciones y los momentos compartidos en familia y entre amigos, en un acto con gran repercusión económica, social y cultural”. Eso fue lo que dijo Narvay Quintero, si bien no se sabe qué pensó al ver el blanco catalán en la sede del ICIA.

Para rematar, la nota de prensa de ese viernes remarcaba también que “en el spot de la campaña se intercalan imágenes que muestran el origen de estas producciones -paisajes agrarios de Canarias como La Geria o el mar de las Islas- con otras de productos -quesos, papas o aguacates- y de su elaboración -insistiendo en su carácter artesanal-, con escenas familiares en un ambiente de celebración, con el fin de ensalzar el vínculo entre los productores y los consumidores e incentivar un modelo de consumo sostenible y arraigado al territorio”. En fin, resulta más que aplastante que no predican con el ejemplo, al menos no con todos los productos elegidos para celebrar tres decenios de un organismo tan relevante como el ICIA.

El oxidado recurso del “esencialismo” canario que chirría con tamaña pifia

Y ya entrando en cuestiones ontológicas sin mucha creatividad o imaginación, encima apelan a lo que llaman “esencia canaria” (sea eso lo que sea) y resaltan que la campaña “presenta la apuesta por los productos del Archipiélago como una experiencia gastronómica y subraya la procedencia de los ‘sabores que cuentan quiénes somos’ y el valor de compartir ‘historias que saben a hogar”. Hogar catalán, en algunos casos.

Como el blanco resulta ideal para consumir pescado, la cosa empeora si se recuerda que, a principios de este diciembre, Narvay Quintero presentó otra campaña titulada Quítate la espinita y consume pescado canario dirigida a la población joven del Archipiélago con el fin de fomentar “el conocimiento de las especies locales, como el cherne, la vieja, la morena, el atún, el alfonsiño y la sama roquera”. No es que el del Penedés esté mal, pero desentona claramente con estos objetivos.

Encima, también alardearon de que, “desde el 1 hasta el 24 de diciembre, el ICCA desarrolla la iniciativa Calendario de Adviento a través del perfil en Instagram @ecolocal.canarias y de las cuentas en esta plataforma de las 24 empresas colaboradoras, que sortean cestas de productos agroecológicos, experiencias gastronómicas, talleres de nutrición saludable, visitas a fincas ecológicas o alojamientos en hoteles rurales, siempre en empresas y establecimientos comprometidos con la sostenibilidad y con el propósito de mostrar la variada oferta del ecosistema agroecológico de las Islas”. Variada, sin duda, y hasta enriquecida con vinos catalanes.

Asimismo, otra nota de ese día se detenía precisamente en la celebración de este 30 aniversario y aludía al acto, “en el que se repasaron los principales hitos alcanzados y se reconoció la labor del personal de este organismo autónomo del Gobierno de Canarias para impulsar la actividad agrícola y ganadera de las Islas a través del conocimiento científico y la innovación”.

Además, la consejería cuenta con diversos programas activados para mejorar el autoabastecimiento de alimentos en Canarias (se sitúa en un exiguo 6% sobre el total, con claro dominio del producto importado), lo que incluye el vino. Entre otras, destacan las iniciativas Crecer Juntos y Dinamiza Rural.

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