El Gobierno discrepa de Aena y avisa de que el aeropuerto colapsaría en 2025
El informe comienza diciendo que éste es un asunto abordado en la Propuesta de Revisión del Plan Director del Aeropuerto de El Hierro (PRPDAH), de diciembre del 2016, y aunque dicha propuesta opta por una solución que no implica la ampliación de la longitud de la pista de vuelo, “entendemos que es posible aportar datos que pudieran permitir una reconsideración de la decisión adoptada”.
El PRPDAH elige un alternativa que reduce la longitud de la pista de aterrizaje (de 1.241 a 1.181 metros) lo que lleva aparejado que en caso de lluvia la carga de pago disminuya en aproximadamente un 5%, restando capacidad al aeródromo.
El análisis del Gobierno estudia la demanda potencial del aeropuerto en el medio y largo plazo y cómo podría influir en el redimensionamiento de las instalaciones aeroportuarias, para que puedan satisfacer el tránsito futuro estimado de personas.
El Hierro es la más occidental y meridional de las Islas Canarias, tiene una población de 10.587 habitantes, es la menos poblada y pequeña del Archipiélago. Entre 2007 y 2016 la población se ha mantenido estable y cuenta con 820 plazas alojativas, de las que el 39% son hoteleras.
El aeropuerto de El Hierro fue inaugurado en diciembre de 1972, tiene una pista de 1.250 metros de largo, con una capacidad de 6 movimientos/hora y una plataforma de estacionamiento de aeronaves con capacidad para tres ATR72. La terminal de pasajeros puede atender a 165 pasajeros/hora en llegadas y 300 pasajeros/hora en salidas.
Dentro del marco fijado por el PRPDAH, entendiendo que recoge todas las alternativas posibles para afrontar el desarrollo futuro del aeropuerto, el Gobierno de Canarias defiende la conveniencia de acometer la número 7, es decir, ampliar la pista de vuelo en unos 900 metros.
Se plantea una ampliación de la pista que permita disponer de una longitud de 2.000 metros en lugar de los 1.250 actuales; lo que implicaría disponer de una plataforma sobre el mar de aproximadamente 900 metros de longitud. La prolongación se realizaría hacia el Sur, para no acercar las operaciones de las aeronaves al Tamaduste.
Una actuación como la definida plantea muchos retos, entre los que destacan la necesidad de mover más de 27,1 millones de metros cúbicos de tierra y su elevado coste que podría suponer según estimaciones iniciales del PRPDAH una inversión de entre 134 y 229 millones de euros.
Pero, a su vez, garantizaría a los herreños una infraestructura que posibilitaría que operasen reactores desde su aeródromo y consecuentemente vuelos directos a destinos más lejanos de los actualmente disponibles, aumentando la conectividad de la Isla.
Los cálculos de Aena
Aena ha tomado como base lo que establece el Plan Insular de Ordenación de El Hierro (PIOH) en referencia al modelo de desarrollo turístico y cómo encaja en el mismo el aeropuerto; pudiendo deducirse que debe ser tributario y coadyuvar a consolidar el esquema de crecimiento de la oferta alojativa que el PIOH coloca en las 4.400 camas en el largo plazo (12 años).
A partir de esta cifra el PRPDAH construye el escenario de demanda potencial que debería ser capaz de absorber el aeropuerto y lo razona de la siguiente manera.
El techo de camas a medio-largo plazo es de 4.400. La ocupación media actual de la planta alojativa es del 52% (presumiendo que se elevará hasta el 80%). El periodo medio de estancia de los turistas (el 51% de los viajeros) es de 7 días y de los viajeros por motivos laborales (49% restante) se presume que la mitad pernocta un día en la Isla.
Bajo los anteriores postulados, el número medio de viajeros que en el medio-largo plazo movería el aeropuerto superaría en algo los 316.000 ((4.400x0,8x365)/(0,51x7+0,49x1)).
Este volumen de pasajeros, teniendo en cuenta que la media por viaje es de 50, generaría unas 6.329 operaciones al año considerando que el aeropuerto operara los 365 días, con los horarios de apertura actuales y una capacidad de 11 operaciones/hora no tendría dificultad para absorber tal número de operaciones y, consecuentemente, no resulta justificado según el PRPDAH acometer la ampliación de la pista de vuelo, en los términos previstos en la alternativa 7.
Es precisamente en estos cálculos donde el Gobierno de Canarias entiende que se pudiera estar produciendo una infravaloración de la demanda: “Como ya señalamos, la estimación de evolución de dicha demanda que realiza el PRPDAH podría estar infravalorando el tamaño de la misma y aunque hablar sobre proyecciones a largo plazo es siempre arriesgado, a continuación plantearemos las cifras que hemos obtenido sobre el tamaño de aquélla, justificando el fundamento de las mismas”.
El esquema seguido para determinar la demanda potencial o futura consistió en valorar las pautas de movilidad aérea que caracterizan a la población insular, recurriendo a calcular los viajes por habitante y año en El Hierro.
Por otro lado, se calculó la población -que multiplicada por el dato anterior ofrece los viajeros futuros del aeródromo- recurriendo a las proyecciones del ISTAC y, en segundo lugar, habida cuenta que el proceso de construcción de nueva oferta alojativa impactará de manera importante sobre la población de derecho, se recurrió a las Cuentas Satélites del Turismo, a los Informes IMPACTUR y a otros informes sectoriales para valorar la magnitud de dicho impacto.
“Fruto del anterior análisis, que nos llevó a determinar el empleo directo e indirecto así como la población inactiva generada por el proceso de desarrollo turístico, estuvimos en condiciones de calcular la población de derecho y de hecho esperable y, en última instancia, multiplicando ésta por la ratio viajes/habitante, estimar los viajeros aéreos”, señala el informe.
Los viajeros fueron transformados en operaciones y éstas se compararon con la capacidad efectiva de la pista para concluir que a partir del 2025, si se cumplen las hipótesis de proyección, el aeropuerto no tendría capacidad suficiente para absorber la demanda estimada.
“En última instancia, podríamos decir que parece razonable evaluar con sumo cuidado los datos de demanda pues si bien su sobredimensionamiento podría llevar a acometer costosas e innecesarias inversiones, su infravaloración podía suponer una fuerte restricción al desarrollo futuro de la isla del meridiano, yugulando su crecimiento”, termina el informe.