Corea del Sur no aceptará provocaciones
“La razón para la existencia de unas Fuerzas Armadas es proteger al país y al pueblo de Corea del Sur, así que si hay cualquier provocación, debemos responder fuertemente en la etapa inicial sin ninguna consideración política”, ha dicho Park, en la reunión que ha mantenido con el ministro de Defensa, Kim Kwan Jin.
Por su parte, Kim ha adelantado que el Ministerio de Defensa prepara “un plan de contingencia de disuasión activa para neutralizar rápidamente cualquier amenaza nuclear o de misiles balísticos procedente de Corea del Norte”.
Kim ha explicado que para ello desplegará una “cadena mortal”, un sistema de ataque capaz de detectar, atacar y destruir los objetivos nucleares y de misiles balísticos del régimen comunista, a pesar de que estaba previsto para 2015.
El jefe de las Fuerzas Armadas ha indicado que también planea adelantar el despliegue del sistema de defensa aérea de Corea del Sur, capaz de interceptar misiles o aviones de combate a entre 10 y 30 kilómetros de altura.
Además, ha apuntado que con la finalidad de aumentar la capacidad de vigilancia de Corea del Sur, prevé acelerar el despliegue de los aviones no tripulados ('drones') Global Hawk, de fabricación estadounidense, y poner en órbita dos satélites para 2021.
Se espera que el nuevo plan de contingencia del Ministerio de Defensa sea aprobado por el Congreso el próximo mes de octubre, coincidiendo con la reunión anual entre los titulares surcoreano y estadounidense, en este caso Kim y Chuck Hagel.
“Estado de guerra”
Las dos Coreas se encuentran en “estado de guerra” desde el pasado sábado, cuando el Gobierno de Kim Jong Un anunció a través de un comunicado que a partir de ese momento todos los problemas que surjan en las relaciones bilaterales “serán abordados de esta forma”.
Además, apeló a “una batalla final a vida o muerte” para terminar con “la historia de un largo enfrentamiento con Estados Unidos y dar comienzo a una nueva era”. Anteriormente, había amenazado con atacar las bases militares del país norteamericano en Hawai, Guam y Japón.
El régimen comunista ha atribuido su decisión a las amenazas proferidas por Corea del Sur y Estados Unidos, con las que “han rebasado los límites”, pasando de “la fase de la amenaza y el chantaje a la temeraria fase de guerra actual”.
Estos movimientos se enmarcan en la escalada de tensión regional, que comenzó el año pasado, con los lanzamientos de cohetes de largo alcance de abril y diciembre, y que ha continuado en 2013, con la prueba nuclear del pasado 12 de febrero, por parte de Corea del Norte.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha condenado estas acciones, al considerar que violan las resoluciones que prohíben a Corea del Norte desarrollar y usar tecnología nuclear y de misiles balísticos.