Los rebeldes denuncian el apoyo de milicianos iraquíes a las tropas de Damasco
BAGDAD, 16 (Reuters/EP)
Cientos de milicianos chiíes iraquíes están combatiendo en Siria apoyando a las fuerzas del régimen que preside Bashar al Assad mientras mantienen su juramento de lealtad al líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, para mantener la influencia chií en Oriente Próximo, según han denunciado los grupos rebeldes sirios y varios políticos iraquíes.
La presencia de milicias chíes iraquíes en Siria es una muestra más de la amplitud del conflicto sirio, con Irán, de mayoría chií, apoyando a Al Assad, que pertenece a la secta alauí, y el resto de países con dirigentes suníes de Oriente Próximo ofreciendo su apoyo a los movimientos rebeldes en Siria.
Para los chiíes iraquíes que siguen las doctrinas de Jamenei, los movimientos antigubernamentales en Siria son una amenaza para la influencia de los chiíes en la región y su apoyo a Al Assad se debe al apoyo que siempre ha mantenido el mandatario con el líder supremo iraní.
Según los rebeldes sirios y políticos iraquíes, entre los combatientes iraquíes que se han trasladado a Siria se encuentran antiguos milicianos del Ejército del Mahdi, dirigido por el clérigo iraquí Moqtada al Sadr; el grupo Badr, que cuenta con apoyo de Teherán, y las guerrillas Asaib al Haq y Kata'ib Hezbolá, que se alzaron en armas tras la invasión de Irak en 2003 por parte de tropas estadounidenses.
Algunos de los combatientes iraquíes llevan en Siria desde 2007, cuando las fuerzas de seguridad de Irak reprimieron a grupos como el Ejército del Mahdi. Sin embargo, otros se trasladaron para apoyar a Al Assad en el inicio de las protestas, en marzo de 2011.
Desde Siria, el combatiente Abu Hajar, que perteneció al grupo de Al Sadr, ha explicado que han formado la brigada Abu al Fadhal al Abas con 500 iraquíes, sirios y otras nacionalidades.
“Cuando se producen enfrentamientos en nuestra zona, llevamos a cabo operaciones militares conjuntas con el Ejército sirio para despejar zonas ocupadas por los rebeldes”, ha explicado. Al Abas, uno de los nietos del profeta Mahoma, murió asesinado hace más de 1.300 años y es un símbolo de sacrificio para los chiíes.
El combatiente iraquí Abu Mujahid, que se encuentra en Irak para visitar a su familia, ha indicado que su misión en Siria es proteger los barrios chiíes en Damasco, aunque a veces realizan ataques preventivos contra la insurgencia cuando cuentan con información de posibles ataques.
EL APOYO DESDE IRAK
En Bagdad, en algunas casas de barrios chiíes hay carteles de personas con la palabra “mártir” en referencia a los que han muerto en combates en Siria. Sin embargo, el grupo Badr, Asaib al Haq y el Ejército Mahdi aseguran que no han enviado combatientes a apoyar a Siria porque sería interferir con los asuntos internos de otro estado.
“No hemos enviado a ninguna persona a Siria (...) algunas personas creen que combatir en Siria es legítimo, por lo que quizá algunos individuos hayan ido allí sin orden de sus líderes”, ha indicado uno de los dirigentes de Badr con la condición de anonimato.
Algunos políticos iraquíes han destacado que no hay milicianos iraníes sobre el terreno, pero que Teherán podría estar utilizando al partido-milicia Hezbolá para entrenar y financiar a la oposición.
“Irán está trabajando allí usando a Hezbolá, hay oficiales y militantes del grupo entrenando a los ciudadanos y desplegando sus capacidades y habilidades de combate”, ha indicado el militante iraquí Abu Mujahid.
Las autoridades iraquíes han defendido no intervenir en Siria debido a que podría fragmentarse entres suníes, chiíes y alauíes. El Gobierno iraquí, con los chiíes al frente, comparte las dudas de Teherán sobre que la caída de Al Assad podría provocar un caos generalizado en toda la región.
Estados Unidos y la Unión Europea apoyan un proceso que acabe con la salida de Al Assad del poder. Sin embargo, Rusia y China han vetado varias resoluciones en el Consejo de Seguridad de la ONU de condenas a Damasco ante el temor a que sean un precedente de una intervención armada desde el exterior.