Suu Kyi advierte de que el camino hacia la democracia en Birmania no ha acabado
OSLO, 15 (Reuters/EP)
La líder opositora birmana Aung San Suu Kyi ha advertido en Noruega, en su primera visita a Europa tras más de 24 años sin salir del país, que el camino hacia la democracia en Birmania no ha acabado y que las reformas democráticas que está poniendo en marcha el Gobierno podrían sufrir un retroceso.
Birmania comenzó una serie de reformas con la celebración de elecciones en noviembre de 2010. Aunque estos comicios fueron calificados de fraudulentos por observadores y organizaciones internacionales, permitieron la llegada de un gobierno civil al poder tras décadas de dictadura militar. Las elecciones legislativas parciales celebradas a principios de abril han llevado al Parlamento a Suu Kyi, dirigente de la Liga Nacional para la Democracia (LND).
Suu Kyi, que se encuentra en Noruega para recibir el Nobel de la Paz que le fue concedido en 1991 --pero que no pudo recoger ante la negativa de la dictadura a permitir que abandonase el país--, ha pedido instado a la población birmana a mantenerse unida.
“No estamos al final del camino, de ninguna forma, solo estamos empezando”, ha indicado la líder opositora. Suu Kyi ha asegurado que luchará contra “los peligros del proceso democrático”. “Y el Ejército, al tener ese tipo de poderes que no debería tener, pone en peligro el proceso democrático”, ha asegurado.
Sin embargo, Suu Kyi ha precisado que no pretende desmantelar el Ejército, sino que sea una institución “honorable y profesional respetada por el pueblo”.
La visita de Suu Kyi a Europa, que viajó hace dos semanas a Tailandia en su primer viaje al extranjero en más de dos décadas, se ha visto empañada por la violencia en el estado de Rajine, entre musulmanes de la etnia rohingya y miembros de las minorías étnicas budistas.
En una conferencia de la Organización Internacional del Trabajo en Ginebra, donde ha acudido antes de viajar a Oslo, la Premio Nobel ha expresado su preocupación por los disturbios y ha dicho que hay que hacer cumplir las leyes para evitar estos conflictos.
Hasta 800.000 rohingyas viven a lo largo de la frontera de Birmania con Bangladesh en condiciones abyectas. Ningún país los reconoce como ciudadanos y las autoridades de Bangladesh ha rechazado los barcos de rohingyas que huían esta semana de la violencia. Un total de 29 personas han muerto y otras 30.000 han abandonado la zona con el inicio de la violencia hace dos semanas.