Sobre este blog

Estudio Ciencia Política y Periodismo en la URJC. Algo que alterno con la observancia voluntaria de las bajas morales que despierta el quehacer político y, aún así, con la capacidad que tiene de ilusionar la ciencia que estudió Max Weber. Escribiré sobre eso, sobre la política. Eso sí, de forma clara, tolerante pero sobre todo crítica.

El socialismo gomero elitista

Aarón Rodríguez Ramos

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Existe un comentario muy zonzo y reiterativo que siempre sale a la luz cuando se pone de manifiesto que un líder de opinión de izquierdas (político, periodista, presentador...) posee un abultado patrimonio. Ese comentario que insinúa que el defensor de la izquierda debe ser pobre porque va en su ADN es el mismo que justifica quizás el hecho de que un político de derechas también tiene genéticamente la obligación de evadir impuestos. Superando estos prejuicios simples, en La Gomera podemos constatar sin embargo por muchas otras más variables que lo que se ha venido autodenominando “socialismo” no es sino una consecución del “buen clientelismo” o del “buen caciquismo” que redistribuye arbitrariamente para sus adeptos o para los potenciales adeptos.

Y es que la rumorología gomera jugó con que el cambio de chaqueta de Curbelo fuera del PSOE hacia a otro partido ya existente como hiciera hace tiempo otro buen “personaje” del oscurantismo gomero, Esteban Bethencourt, que pasó de CC al PP. ¿Y por qué? Pues porque que Curbelo pudiera ir al Partido Popular o a Coalición Canaria, o incluso a Nueva Canarias, no sonaba tan extraño si tenemos en cuenta la perversión ideológica tan endémica de la dirigencia política gomera. Evidentemente, era “vox pópulis” que ASG ya existía desde su incidente en Madrid y que en su nueva empresa política optaría por llevar él el control de todo para evitar otro jaque como el vivido en el PSOE.

Por supuesto es evidencia que no hay una guerra ideológica. Nadie discute si Curbelo es más de izquierdas o menos que Noda, más socialista o menos, si hace las cosas mejor o peor. Eso tratan ellos de enseñarnos a nosotros, de que sea la versión oficial. Pero lo cierto es que hay una guerra de egos, de sillones y de personas... bueno de personalismos. La ambición por el poder y por ser el primero en una lista es transversal y a todos los palos toca. Como decía el otro día en su “Destiladera” Pablo Jerez, ¿nadie se acuerda de que la ahora tan “nacionalista” Solveida Clemente era una buena “socialista”? ¿Ni de que el tan “popular” Trujillo también era otro buen “socialista de pro” y además adepto consejero de Agricultura del que ahora es su rival, Curbelo?

Los socialistas que han gobernado la isla durante décadas son la muestra de lo que no es el socialismo. Probablemente lo más lamentable es que la ineptitud del PSOE (del que ASG fue parte y responsable) pondría de acuerdo a socialdemócratas y marxistas. ¿De verdad creen que un Estado del Bienestar es la caridad que ellos promocionan y han promocionado? ¿El agradecimiento y ruego que hay que hacerle al político de turno para obtener una ayuda social es socialismo? No, me niego en rotundo a poner relación alguna entre una conducta tan oligarca y unos comportamientos tan decimonónicos con la vanguardia ideológica histórica que supuso el socialismo. Ellos, de distancia lejana salvo en época electoral que van con la rosita (y no sé con qué irán ahora los otros), perseguidos por la Justicia por las sombras de sospecha que ciernen sobre ellos, con comportamientos autoritarios como el del alcalde de Agulo, son la muestra de lo que es un socialismo de élites. Estos socialistas de chicha y nabo que tenían, siendo cargos públicos, una dedicación casi exclusiva para atender a constructores y promotores inmobiliarios de tan conocida reputación, yendo por encima del bien común y atentando contra bienes colectivos como Espacios Naturales Protegidos. Estos son los de la redistribución de lo de los de abajo entre los de arriba.

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