Un menor y cuatro adultos llegan a Lanzarote en un atunero que encalló y ardió después
Eran las cuatro de la mañana cuando el pitido de un barco despertó a dos vecinos de Órzola, en el norte de Lanzarote. Escucharon gritos que llegaban del mar y, al abrir la ventana, el matrimonio se topó con un gran atunero encallado en las rocas. No tardaron en llamar a los servicios de emergencia y, antes de que amaneciera, ya se había desplegado en la zona de La Condesa un amplio dispositivo. Los bomberos, con la marea todavía alta, lograron rescatar a los supervivientes: cuatro adultos y un menor, todos ellos marroquíes.
Viajaban descalzos, muy débiles y, según relataron a los servicios de traducción de la Cruz Roja, llevaban cuatro días sin comer. Los tripulantes han sido trasladados al hospital y, después, serán derivados al Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) de Arrecife, donde permanecerán un máximo de 72 horas bajo la custodia de la Policía Nacional. Sobre el joven, fuentes del caso explican que aún se está determinando si se trata de un menor extranjero no acompañado.
Fuentes policiales han confirmado a este periódico que se trata de cinco migrantes y que uno de ellos ya había intentado llegar a España en otra ocasión. Fuentes de la Guardia Civil han confirmado a este periódico que permanecen investigando las causas del viaje.
Mientras esperaban la llegada de las autoridades, los vecinos se acercaron al barco para comprobar que los tripulantes estaban bien. Los residentes de este pequeño pueblo pesquero de Lanzarote no han podido evitar acordarse de las tragedias migratorias que arrastra la historia de su pueblo. En 2020, el residente que alertó a las autoridades de la llegada del atunero, y que prefiere no dar su nombre, tuvo que meterse en el agua en plena noche para intentar rescatar a los ocupantes de una patera que se hundió en esa misma costa.
Los migrantes estaban ya muy cerca de la orilla cuando la barcaza volcó, dejando ocho fallecidos, recuerda el vecino. Menos de un año después, un nuevo naufragio dejó otros tres muertos: un hombre y dos mujeres. Los residentes tampoco se quedaron de brazos cruzados en esta ocasión y se tiraron al mar a auxiliar a los migrantes, logrando rescatar a un total de 46 personas.
El matrimonio vuelve al presente cuando observa que el atunero ha comenzado a arder. “¡Está saliendo humo del barco!”, alerta el vecino a un agente de la Policía Local. Pocos minutos después, una nube de humo negro envuelve ya a toda la embarcación, lo que obliga a los bomberos a regresar al lugar.
El Cabildo activa el Plan de Emergencias
El Cabildo de Lanzarote ha activado el Plan de Emergencias Insular (PEIN) en modo preemergencia ante la contaminación marina provocada por el barco encallado.
Las condiciones del buque incendiado y de la zona en la que se ha producido el incidente ''pueden suponer un riesgo grave e inminente para la biodiversidad marina, la salud pública y las actividades económicas costeras, incluyendo pesca y turismo''.
Desde el Consorcio de Seguridad y Emergencias de Lanzarote, en colaboración con los técnicos de Medio Ambiente y en continua comunicación con el Ayuntamiento de Haría, se ha trabajado durante la mañana para mitigar al máximo posible las afecciones que haya podido sufrir el ecosistema.
Una vez activado el PEIN en modo preemergencia, el Consorcio de Seguridad y Emergencias de Lanzarote continúa llevando a cabo todos los trámites necesarios para tratar de, cuanto antes, retirar la embarcación de la bahía de Órzola.
''Con este documento en vigor, se pretende proteger en todo momento la biodiversidad y el ecosistema de la costa del norte de la isla'', ha señalado el Cabildo en un comunicado.
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