Ana Martín: amiga del Teatro Circo de Marte
Recibe al público con una sonrisa, le ofrece información sobre el espectáculo y le ayuda a encontrar su butaca. Ana Martín Jiménez es miembro de la Asociación Amigos del Teatro Circo de Marte de Santa Cruz de La Palma, recinto donde ejerce desde hace más de dos años como voluntaria cultural. “Colaboramos en todo lo que se nos pida, aunque lo que más hacemos es atender al público, pero también tenemos que estar preparados para una hipotética evacuación –ojalá que no ocurra nunca- o para intervenir en cualquier incidente en el Teatro”, ha explicado a La Palma Ahora.
Ana, de 33 años, diplomada en Gestión y Administración Pública y especialista en Protocolo, realizó el Certificado de Profesionalidad de Gestor Cultural que impartió la Asociación para el Desarrollo Rural (Ader) de La Palma -donde también ejerció como docente- y las prácticas las desarrolló en el Circo de Marte, vinculándose desde entonces a este espacio escénico. “Me gusta el mundo cultural y siempre he estado relacionado con él, y aquí he encontrado un reciclaje a mi formación, que estaba enfocada a la Administración Pública pura y dura, he encontrado un camino diferente”, dice.
Es madre de un niño y desde agosto está desempleada, pero siempre ha compaginado bien sus obligaciones laborales y familiares con la tarea del voluntariado cultural. “Los espectáculos se celebran por la tarde, por la noche o los fines de semana y festivos, así que me puedo organizar”, comenta.
Anima a otras personas a que se conviertan en voluntarios culturales. “Es una buena oportunidad para participar en la vida cultural de Santa Cruz de La Palma y de la Isla, porque el Circo de Marte es una infraestructura referente a nivel insular”, subraya.
El voluntario cultural tiene el privilegio de poder disfrutar gratis de todos los espectáculos, pero Ana advierte que “no podemos estar relajados, no nos evadimos, porque nunca olvidados cuál es nuestro cometido”.
La Asociación de Amigos del Teatro Circo de Marte está integrada por unos 25 voluntarios culturales. “Nos sentimos todos agradecidos y acogidos porque el público nos trata con respeto y cariño, y entre nosotros tenemos una muy buena relación, hay también mucho cariño, nos ayudamos unos a otros y eso se refleja en la labor que desarrollamos en el Teatro Circo de Marte”, concluye.