El control de la Reserva seguirá en manos del Estado
El consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias, Juan Ramón Hernández, anunció recientemente en el Parlamento regional que el departamento que dirige y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, están tramitando actualmente el acuerdo de prórroga del convenio de colaboración para la gestión y control de las tres reserva marinas de interés pesquero que hay en el Archipiélago. En este sentido, en un comunicado, se precisa que “el control de la Reserva de La Palma corresponde exclusivamente al Estado, ya que ésta se extiende en su totalidad por aguas exteriores”.
El espacio oceánico acotado en La Palma para conseguir una explotación sostenible de los recursos marinos, se estableció en el año 2001. Ocupa el área litoral suroccidental de la Isla, con una superficie de 3.719 hectáreas.
En comparecencia parlamentaria, Hernández Gómez expuso “los buenos resultados de la colaboración interadministrativa existente”, y comentó que el nuevo acuerdo entre el Ejecutivo regional y el Estado estaría vigente hasta finales de 2017.
El actual tratado para la gestión compartida de la Reserva de La Graciosa y de los islotes del norte de Lanzarote, así como la del entorno de la Punta de La Restinga y Mar de Las Calmas, fue suscrito en diciembre de 2005 y modificado en diciembre de 2006. Por su parte, según se insiste en la aludida, nota, “el control de la Reserva de La Palma corresponde exclusivamente al Estado, ya que ésta se extiende en su totalidad por aguas exteriores”.
Dicho convenio tiene como objeto establecer “un marco de actuación coordinada en el ámbito de las respectivas competencias específicas del Estado en materia de pesca marítima y de la Comunidad Autónoma en materia de pesca en aguas interiores y en marisqueo”.
Las acciones de las partes firmantes del convenio tienen “el fin de asegurar el funcionamiento y la dotación de medios para los servicios de mantenimiento, protección y coordinación, la protección del medio marino en relación con la protección y regeneración de los recursos de interés pesquero, el apoyo a la investigación y el seguimiento de las medidas de protección de los citados recursos, y la información a los usuarios de las reservas marinas, la divulgación de las actuaciones realizadas en ellas y de los resultados de las medidas de protección, entre otras”.
Además, el acuerdo refleja una serie de actuaciones “conjuntas relativas a la protección del Medio Marino y regeneración de especies de interés pesquero; servicio de mantenimiento y protección de la reserva marina; investigación y seguimiento de los recursos pesqueros 'in situ' y en las lonjas; información, divulgación y difusión y dotación de equipamientos complementarios para los servicios”.
Por su parte, la Administración General del Estado asume las acciones de balizamiento y señalización, y aportación de embarcaciones para los servicios. Canarias es la responsable de suministrar locales en tierra para oficinas de las reservas, así como de vehículos para control y vigilancia por tierra.
Asimismo, Hernández destacó que ambas administraciones vienen participando, desde el año 2005, de forma coordinada en todos los trabajos, con independencia de cuál sea la responsable de la ejecución y financiación de los mismos.
Durante su intervención, Hernández indicó que “conscientes de la importancia de estos espacios, el Gobierno de Canarias, ha mantenido las dotaciones presupuestarias fijadas en los presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma para el presente ejercicio 2013, para su gestión y control de las mismas, en las que la Comunidad Autónoma ostenta competencias compartidas con la Administración General, respecto del ejercicio anterior”.
Las reservas marinas constituyen una medida específica que contribuye a lograr una explotación sostenible de los recursos de interés pesquero, estableciendo medidas de protección específicas en áreas delimitadas de los caladeros tradicionales. Estas áreas, en cuya selección se tiene en cuenta su estado de conservación, deberán reunir determinadas características que permitan la mejora de las condiciones de reproducción de las especies de interés pesquero y la supervivencia de sus formas juveniles.
El efecto de una reserva marina se manifiesta por una recuperación significativa de los caladeros en los que está inserta por efecto de la dispersión de las especies cuya reproducción se ha protegido en la misma.