Cada uno en su nivel

Preguntaba un profesor de Geografía a su alumnado de 2º de Bachillerato la siguiente cuestión: ¿Si ustedes estuvieran trabajando en el ayuntamiento y tuvieran la certeza que no les iba a pasar nada, sacarían dinero del ayuntamiento para vuestro uso particular? Todos contestaron que sí. El profesor ratificó su peor previsión: la sociedad y los miembros que la componen está enferma desde sus primeros años de vida. Otra profesora siguiendo esa misma línea, preguntó al alumnado de 3º de ESO ¿Qué es Hacienda? Y según que alumnado contestaron: “Lo que hay que evitar”, “Lo que te quita el dinero que ganas”, “A la que hay que defraudar”. La profesora sólo les indicó: “No se olviden que este instituto se paga con los impuestos que pagamos a través de Hacienda”, y zanjó el debate ante la incredulidad de un alumnado, que sin tener enormes conocimientos de las diferentes asignaturas, sí sabía que Hacienda no era buena para ninguno de nosotros.

Este es el panorama que tenemos en nuestra sociedad, por lo que puedo asegurar que como mínimo la mitad más uno de la población, si puede sacar tajada, entiéndase obtener rendimientos adicionales, aunque estos sean tan mezquinos como un paquete de folios, viajar con el coche de la empresa o de la administración pública correspondiente para ahorrarse unos euros, realizar grandes llamadas particulares desde el trabajo, realizar trabajos particulares en horario de trabajo, etc, lo lleva a cabo sin el más mínimo escrúpulo. Por tanto, cuando se nos presentan oportunidades mayores, que nos hacen ganar mucho más, no existen problemas morales, ya que como se ilustró arriba, desde muy temprana edad, tenemos todos los derechos y muy pocos deberes. Por tanto, cada uno en su nivel, si podemos aprovecharnos del lugar donde nos encontramos, no vamos a dejar pasar la oportunidad, y vamos a ganar todo el dinero que podamos.

Aunque en todos sitios, hay personas que quieren aprovecharse de lo que les rodea, me llamo mucho la atención una noticia leída en eleconomista.es, donde se informaba que los suecos querían pagar más impuestos al estado para obtener mejores servicios. Aquí donde lo que importa esencialmente es el beneficio particular, ¿sería esto posible?

En nuestro entorno, valorar lo público como mecanismo para establecer una mayor justicia social, o valorar lo privado por ser generador de recursos para lo público, todo englobado en la búsqueda del interés general como factor común es cuestión de predicadores, cuestión de personas que dicen lo que todo el mundo piensa, pero que nadie se atreve a decir. Hasta tal punto que son descalificadas en lugar de apoyadas, y este es el caso del tema que ocupa mi tiempo en este espacio, cada uno en su nivel aprovechamos lo que podemos, sea ético o inmoral, eso no importa.