En un lugar de la isla de cuyo nombre no quiero acordarme para respetar la intimidad de sus gentes, construyeron el puente más alto del mundo con relación al tamaño que tiene, es tan alto que si lo miras desde abajo no se ve lo que costó, y si miras desde arriba y te asomas y eres tan cabezón como yo, la ley de la gravedad te puede desequilibrar con gran riesgo para tu salud, en cambio los fisioterapeutas te recomiendan mirar desde abajo como tratamiento para las cervicales. El puente es tan alto y da tanto canguele que al principio la gente cruzaba acompañada por un psicólogo, aunque algunos preferían un sacerdote. Al parecer, la principal finalidad del puente es facilitar que los habitantes de un lado puedan echarse amantes del otro lado de tal modo que la expresión “cruzar el puente” ya empieza a tener matices eróticos. Eso dicen y ya se sabe que cuando el barranco suena, agua lleva.