Me dicen que La Palma en el 2030 será una isla totalmente sostenible funcionando al cien por cien con energías totalmente renovables y suponemos que para entonces la situación de algunos amigos no siga siendo insostenible en una isla tan sostenible. Bueno, es una buena noticia, y lo digo sin ninguna ironía, me parece tan buena noticia que se me ha ocurrido una idea que puede contribuir a esta suficiencia energética palmera. No se rían, que va en serio, se me acaba de ocurrir que si usáramos sombreros dotados de superplacas y condensadores de energía solar no sólo conseguiríamos proteger nuestros cerebros de radiaciones solares sino que con un simple paseíto de una horita al sol conseguiríamos almacenar la energía suficiente para en llegando a nuestra casa conectar este sombrero solar con la red eléctrica y obtener energía suficiente para el consumo doméstico e incluso vender la sobrante a algún invernadero, bueno, digo yo. Ya veo la calle Real llena de ciudadanos con sombreros de ala ancha y a las señoras con pamelas contribuyendo no sólo a la elegancia que nuestro amplio patrimonio cultural demanda sino a la suficiencia energética que la nunca suficientemente ponderada Agenda 2030 exige de nosotros, que para eso está el Sol y no para que los turistas se despellejen en nuestras playas. Sé que una vez más mis ideas caerán en saco roto, pero ya estoy acostumbrado y a sostenible no hay quien me gane, aunque algún desaprensivo diga que a insoportable tampoco. Y como dice mi querido amigo J.G. estamos perdiendo de ganar dinero.