Árboles encantados
Empapados de humedad
por las nieblas humectantes
parecen monstruos gigantes
con aires de eternidad.
Hijos de la soledad
en laderas alejadas,
con las barbas empapadas
de musgos que los recubren,
al visitante descubren
una visión encantada.
Jócamo, 3.VII.2023
NOTA: Hijos de la niebla que los amparan, los bosques de laurisilva de ladera, colindantes con los brezales húmedos de crestería de tejo o flejo (Erica scoparia), ofrecen una visión con singular encanto tropical.
Destacan los árboles con tallos tortuosos, cubiertos de musgos, que afelpan los troncos y penden de las ramas que conforman las copas moldeadas por el viento.
En el dosel arbóreo son comunes el laurel (Laurus novocanariensis) y el acebiño (Ilex canariensis), que cobija el denso tapiz de helechos que cubre el suelo.
Es un hábitat de gran riqueza y fragilidad ecológica, que merece estricta protección, dada su escasa reversibilidad climática y edáfica. Desde una perspectiva científica y técnica, resulta incomprensible que después de casi 50 años de la declaración del Parque Nacional de Garajonay, las cumbres de Inchereda y Teselinde, no hayan sido incorporadas al ámbito geográfico del Parque.
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