Enebral de altura
Con los troncos retorcidos,
por el viento deformados,
sobre suelos empapados
y a sabinas parecidos.
Junto a los musgos mullidos,
este hábitat singular
nos recuerda al sabinar
de La Dehesa canaria,
alejada y solitaria,
lo mismo que este lugar.
Jócamo 22.IX.2022
Nota: Estos bosquetes abiertos del enebro o cedro de Azores (Juniperus brevifolia) representan el óptimo de la vegetación natural en el piso montano (250-900 m) de las islas. Debieron ocupar una amplia extensión en el pasado, pero tras 500 años de castigo con el objeto de ganar territorio para los pastos y las plantaciones forestales de exóticas, han quedado mermados y muy fragmentados en lugares aislados testimoniales. La experiencia de visitarlos y sentir como nos hundimos en el mullido colchón del sustrato turberoso, es una sensación novedosa e inolvidable, desconocida para el resto de la macaronesia.
Fisonómicamente, por su estructura abierta y la arquitectura de los árboles, recuerda al vetusto sabinar de La Dehesa en El Hierro, del que se aleja por poderosas razones climáticas, edáficas, florísticas y ecológicas.
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