La manifestación del 18-M

No es una provocación

ni tampoco una primicia,

es una simple noticia

de la manifestación.

Sólo llamar la atención

a quien detenta el poder,

empeñado en no querer

mirar lo que otros sí vemos

y aceptar que proponemos

parar, en vez de crecer.

Jócamo, 18.V.2025

Nota: Siempre he pensado que las manifestaciones, en democracia, son el último recurso civilizado que le queda al pueblo para expresar su descontento, cuando sus quejas no son escuchadas o atendidas por quienes tienen el deber de hacerlo.

Con el lema de “Canarias tiene un límite”, o mensajes similares, son ya varias las manifestaciones públicas realizadas. En todas la afluencia de manifestantes ha sido ejemplar y masiva, sin entrar en el baile de los números, para no caer en la vergonzosa manipulación que se hace de los mismos, en una época en la que existen medios técnicos eficaces para con un pequeño margen de error publicar cifras reales serias. Los que estuvimos presentes en esta ocasión sabemos que fuimos muchos, particularmente en Tenerife, que es con diferencia la isla donde se palpa con mayor contundencia el malestar de la gente, agobiada por la congestión del tráfico, la ausencia de vivienda y el aumento desbocado de la población turista y residente.

Desde los distintos foros convocantes, se ha dicho por activa y por pasiva que “turismo sí, pero no así”: es decir, nadie razonable niega que el turismo, ya sea industria o diversión, mueve la economía insular y nos sacó de la pobreza crónica a la que nadie que la recuerde desea volver. Pero tampoco es mentira, que atrás hemos dejado tiempos mejores, en los que la “calidad de vida”, aun siendo un concepto subjetivo, pocos discuten que era superior.

Me atrevo a decir que el estado de bienestar social medio en las islas turistificadas, se ha venido deteriorando progresivamente desde mediada la década de los 90 del siglo pasado, sin que ello haya supuesto ventaja alguna para la población residente. Hay que parar de crecer, o lo pagaremos caro, porque será el turismo quien nos abandone a nosotros.