El IGN dice que es un bulo que baje la magnitud de los terremotos y elabora una escala específica para Canarias
El Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha elaborado una escala de magnitud de los movimientos sísmicos específica para Canarias, lo que llevará a transformar los registros anteriores para adaptarlos a la nueva fórmula, pero las diferencias serán de algunas décimas, ha dicho a Efe el sismólogo del IGN Juan Rueda.
En estos momentos, el trabajo está siendo sometido para su publicación previamente a su integración en el proceso de cálculo, y cuando se produzca, las magnitudes de los terremotos de Canarias determinadas por el IGN contarán con un menor grado de incertidumbre.
El motivo de hacer una escala específica es que la que utiliza en la actualidad el IGN se hizo en territorio peninsular, ha explicado Juan Rueda, quien ha señalado que la medición de la magnitud en los movimientos sísmicos fue idea del físico y sismólogo Charles Francis Richter (Hamilton, Ohio; 26 de abril de 1900-Pasadena, California; 30 de septiembre de 1985).
Antes de 1935, que fue el año que Ritcher definió la magnitud, los terremotos se medían sólo por su intensidad, por los daños que ocasionaban, ha indicado el sismólogo del Instituto Geográfico Nacional.
Ritcher quería disponer de un número para poder definir la energía que liberaban los terremotos, y ese número sacarlo del registro de los sismogramas.
El físico estadounidense tenía en California un sismógrafo Wood-Anderson con registro analógico y dijo que si medía la máxima amplitud de la onda en el registro y hacía su logaritmo, el resultado sería una medida de la energía.
Y además, dijo que había que quitarle un parámetro en función del sitio en el que se produce el sismo y el lugar en el que se encuentra la estación, y ahí está el problema porque “los demás no estamos en California, por lo que el parámetro de atenuación que hay que quitar al logaritmo de la amplitud es distinto dependiendo del lugar”, ha apuntado Juan Rueda.
Lo que se hace habitualmente es calibrar la escala Ritcher a cada lugar, y eso se llevó a cabo en territorio peninsular y por ello el Instituto Geográfico Nacional utiliza la magnitud mbLg.
Esas letras corresponden a m (magnitud), b (body -cuerpo-, porque se miden las ondas internas), y Lg (por que de las múltiples ondas que se registran en un terremoto, en la península se utiliza la onda Lg).
De este modo, en Canarias se usa una fórmula hecha para un territorio distinto, y ante esta situación en el Instituto Geográfico Nacional se ha elaborado una nueva fórmula para Canarias, donde antes la magnitud de los terremotos se calculaba en función de la duración del registro del sismo, algo que se llevaba a cabo a partir de registros analógicos.
De ese modo, se medía cuánto duraba un terremoto, se aplicaba una fórmula y eso daba un valor de magnitud duración.
Juan Rueda ha subrayado que “todas” las magnitudes pretenden dar valoras similares a los de Ritcher en California, lo que lleva a que distintas agencias den magnitudes que presentan diferencias, pero estas son pequeñas.
El cambio que se hará para Canarias llevará a homogeneizar las magnitudes anteriores con las nuevas, como ocurrió cuando en las islas se comenzó a aplicar la magnitud mbLg, y se hace para evitar sesgos al comparar la magnitud de los sismos en distintos periodos.
Juan Rueda ha precisado que cuando dice que la magnitud se determina por la amplitud de las ondas sísmicas hay que tener en cuenta que un terremoto se registra en múltiples estaciones sísmicas, de modo que se hace un promedio de los valores de magnitud para cada estación.
Y como hay un coeficiente que depende de cada estación, pues es distinto en cada una, y “siempre” hay una incertidumbre en el valor de la magnitud, algo que se debe al método de cálculo y a que la energía no se mide en el foco sino en la distancia, con lo que hay que hacer una corrección para extrapolar cuál sería la energía en el foco del terremoto, ha añadido.
En este contexto ha hecho hincapié en que es un bulo decir que el IGN baja la magnitud de los terremotos, y ha dicho que lo que ocurre es que el primer cálculo es automático, lo lleva a cabo un ordenador que está analizando de forma continua la forma de onda.
Cuando el ordenador detecta un terremoto mide la máxima amplitud, que es de “pico a pico”, y luego la persona analista lleva a cabo una revisión y la mayoría de las veces ese pico es algo “aislado”, por lo que hay que ir a la máxima amplitud pero sostenida del sismograma, con lo que baja la amplitud, y por ello la magnitud.
Ha recordado Juan Rueda que la escala de magnitud no tiene límite, pero nunca se ha registrado un movimiento sísmico por encima de 9.
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