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Instrucciones para convertir los patinetes en el primer problema para los españoles (según el CIS)

Un agente de la Policía Local de València, durante una campaña de control de patinetes eléctricos en una imagen de archivo.

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Estoy harto de los patinetes eléctricos, harto de ir con miedo a que me atropellen, de los críos montados de dos en dos, de encontrármelos tirados en la acera. Los patinetes son una amenaza para la convivencia, un problema de seguridad. Y no son parte de nuestra cultura ni de nuestras costumbres: aquí nunca hemos ido en patinete.

Como quiero acabar con ellos, he diseñado una receta para convertir los patinetes en el primer problema para los españoles (según el CIS), de modo que el gobierno, este o el que venga después, tome medidas y acabe con ellos. Síganme en esta sabrosa receta, en doce fáciles y cómodos pasos:

1.-Cogemos un país con precariedad laboral, sueldos bajos, precios altos, vivienda inasequible y servicios públicos deteriorados, en una época de incertidumbre y miedo al futuro. Por ejemplo, la España actual, pero nos vale cualquier país europeo.

2.-Buscamos un asunto que, de entrada, ya despierte rechazo en una parte de la población, aunque sea minoritaria. Por ejemplo, los patinetes circulando por las calles.

3.-Enunciamos “el problema de los patinetes”, fórmula que en adelante usaremos cada vez que hablemos de patinetes.

4.-Ponemos el foco más potente y la lupa de mayor aumento sobre cualquier incidente protagonizado por un patinete: atropellos, caídas, robos, discusiones. Sucede a diario, por lo que será fácil llenar horas de televisión y páginas de periódico con titulares frecuentes como “un patinete atropella a una anciana”, “otro niño herido tras caer de un patinete”, “los vecinos del barrio tal se quejan de la inseguridad que provocan los patinetes”, “ya no se puede ni salir a la calle”, “explota otra batería de patinete”…

5.-Fabricamos y difundimos bulos y noticias falsas sobre patinetes: atropellos mortales, carreras clandestinas, mafias que trafican con patinetes robados, enfermedades que se contagian por el uso compartido, pandillas de patinetistas que atemorizan un barrio, viviendas que pierden valor por la presencia de demasiados patinetes en el barrio…

6.-Fabricamos y difundimos un argumentario que vincule los problemas del punto 1 con el “problema de los patinetes”. Por ejemplo: el uso masivo de patinetes reduce la venta de coches y bicicletas, dañando la economía nacional; aumenta el paro en el sector del transporte de viajeros; las ciudades se deterioran por la inseguridad que provoca la circulación de patinetes, lo que resulta en cierre de negocios; los gobiernos dedican dinero a subvencionar la compra de patinetes en vez de para ayudas sociales y otras urgencias…

7.-Difundimos masivamente en redes sociales cientos de fotos y vídeos de incidentes violentos con patinetes. Da igual que sean de otros países, de hace años o directamente falsos: diremos que son de hoy mismo en tu barrio.

8.-Necesitaremos la participación activa de los grandes medios de comunicación, especialmente televisiones sensacionalistas: que fijen en pantalla el rótulo “el problema de los patinetes”, que se hagan eco desproporcionadamente de cada incidente por pequeño que sea, que entrevisten a diario a líderes patinetófobos e incorporen en sus tertulias a detractores de su uso.

9.-Sería imprescindible contar con un nuevo partido político que lleve por bandera la prohibición absoluta del patinete eléctrico. Un partido que aproveche las instituciones y los medios para difundir los bulos y argumentarios de los puntos 5 y 6. Un partido que, al calor del malestar social del punto 1, se suba a la ola del “problema de los patinetes”, y acabe entrando en parlamentos y ayuntamientos.

10.-A estas alturas hay que incorporar también a los partidos mayoritarios. Aquellos que nunca han sido muy partidarios del patinete, radicalizarán sus posturas para disputar el espacio electoral al partido del punto 9, hasta comprarle el argumentario entero. Y aquellos otros partidos en principio más favorables al uso del patinete, lanzarán mensajes confusos y ambiguos, propondrán mayores restricciones a su uso, rechazarán la patinetofobia pero se mostrarán flojos a la hora de rebatirla.

11.-Ayudaría mucho que en otros países de nuestro entorno también estuviera en el centro de la agenda “el problema de los patinetes”; que hubiera partidos patinetófobos gobernando o participando en gobiernos; y que los países europeos acuerden un Pacto Europeo sobre Patinetes que endurezca su uso, ponga el acento en la seguridad y les haga la vida más difícil a los usuarios, dando la razón a los patinetófobos.

12.-Se mezclan todos los ingredientes, se extienden bien y se ponen a calentar, añadiendo más cantidad cada poco tiempo y subiendo el fuego hasta que rompa a hervir. Solo nos queda dejarlo reposar y esperar a que se pudra. Y ya estaría: en el siguiente CIS aparecerían los patinetes como primer problema del país para un 30% de españoles, aunque luego no lo señalen entre los problemas que más les afectan personalmente.

Para esta receta hemos usado patinetes, pero se pueden sustituir por otros ingredientes, al gusto de cada comensal: las cacas de los perros, las cotorras argentinas, los tapones de las botellas que ya no se separan, o la inmigración. Hagan sus propias combinaciones y luego me cuentan. Que aproveche.

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