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“Cuando vimos al Dios de los Muertos el corazón se nos paró unos segundos”

Milagros Álvarez e Irene Morfini trabajando en su proyecto en Egipto.

Esther R. Medina

S/C de La Palma —

El hallazgo las dejó petrificadas. La egiptóloga palmera Milagros Álvarez Sosa, directora de la Misión Canaria-Toscana, y su colega italiana Irene Morfini, han descubierto recientemente en Lúxor un complejo funerario que representa la mítica tumba de Osiris. El enterramiento se localiza dentro de una de las dos tumbas que la misión, en cooperación con Egipto, tiene en concesión en el Valle de Los Nobles, concretamente en la zona de Sheikh Abd el-Gourna. El ministro de Antigüedades, el doctor Mamduh El Damaty, ha dado a conocer la noticia en la jornada de este jueves, día de Año Nuevo.

-¿Hubo algún indicio que les condujera hasta esa tumba?

-Estudiamos algunos manuscritos de viajeros que visitaron la tumba de Min y otras de los alrededores. En uno de ellos, un pequeño sketch nos indicaba que en el área podía haber una tumba con una estructura singular. Sin embargo, en los libros con planos de las tumbas tebanas que manejamos los egiptólogos, no figuraba ¡Fue una auténtica sorpresa encontrarla allí!

-¿Pero intuían un nuevo hallazgo?

-Sí, pero queríamos ser cautelosos y no dejarnos llevar por la emoción. Necesitábamos tiempo para estudiar con mayor profundidad lo que habíamos encontrado y así hicimos. El hallazgo era demasiado importante para cometer errores haciendo valoraciones rápidas. Mi colega Irene Morfini y yo decidimos concentrarnos el tiempo necesario en la investigación y, sobre todo, movernos por otra zona de la necrópolis intentando ver si existían tumbas similares. También en esta última campaña invitamos a otras misiones arqueológicas a visitar la tumba para así conocer la opinión de otros colegas que trabajan en el área. Todos quedaron sorprendidos y corroboraron lo que pensábamos: se trataba de una tumba única.

-¿Qué fue lo primero que apareció?

-Para llegar a la zona donde comienza la tumba de Osiris hay que pasar por una sala transversal de cinco pilares completamente cubierta de escombros. El difícil acceso probablemente la ‘salvó’ de ser visitada en otros tiempos. Llegar hasta Osiris requiere bajar unas escaleras (hoy llenas de escombros) que descienden hasta un portal, y en este punto la visión es magnífica: en lo alto de una capilla está el Dios de los Muertos, Osiris, que te observa. Él es toda presencia allí dentro.

-¿Qué sentimientos le embargaron cuando presenció esa deidad?

-La primera vez que entramos en la tumba no teníamos luz eléctrica, sólo llevábamos unas linternas que no eran muy buenas, y… ¡No lo vimos! Nos concentramos en mirar el suelo para evitar una posible caída en un pozo o pisar restos humanos. Nunca podré olvidar cuando al darle luz a lo alto de la capilla vi la corona del dios proyectada en la pared… “¡Irene! ¡mira! ¡es Osiris!”, le dije a mi colega. Estábamos en presencia del dios más popular entre los egipcios antiguos: el Rey de los Muertos. Creo que nuestro corazón se paró por segundos (risas).

-¿Qué particularidades presenta esta tumba?

-El complejo funerario en general te introduce en una especie de tumba-templo, no tiene nada que ver con otras tumbas de la necrópolis tebana. Hay un corredor que rodea la capilla del Dios Osiris y pozos que nos llevan a cámaras funerarias. Uno de ellos es muy singular, pues se encuentra excavado a los pies del dios y oculto tras una escalera que parece cortada. Probablemente esos peldaños eran de ‘quita y pon’ para poder asegurar el acceso a otros difuntos a las cámaras de enterramiento. Todos ellos dormirían su sueño eterno bajo la protección del Dios de los Muertos.

-¿Quién es el propietario?

-No lo sabemos, curiosamente no tenemos ni una sola inscripción. Necesitamos excavar para ver si algún objeto funerario nos puede dar su nombre. Sospechamos que, o fue construida para varios individuos, o reutilizada a lo largo del tiempo, pues son muchos los restos momificados que nos encontramos por todas partes. Desgraciadamente, ha sufrido el ataque despiadado de los ladrones.

-¿Qué supone este nuevo descubrimiento para la misión?

-Otra alegría que se une a la del hallazgo de la tumba de May, pero también una responsabilidad, porque es un auténtico reto estudiar esta tumba tan particular. Los descubrimientos nos ilusionan pero no son nuestros objetivos, hay también que conservar, restaurar, estudiar. El trabajo de cada uno de los especialistas puede asimismo llevarnos a otros descubrimientos.

-¿Ha sido determinante el apoyo recibido?

-Por supuesto, sin las instituciones que nos respaldan es imposible trabajar y, por tanto, llegar a resultados. El apoyo desde las islas ha sido fundamental. Quiero dar las gracias al Gobierno de Canarias, Cabildo de La Palma, Cabildo de Tenerife, Museos de Tenerife y Ayuntamiento de los Llanos de Aridane. En el exterior, FiAT en Egipto y Alexbank (Banco de Alejandría) también han confiado en nosotras.

-¿Le anima este nuevo hallazgo a seguir ‘revolviendo’ tumbas?

-¡No las revuelvo! (risas). Las buscamos, las encontramos, las cuidamos y las estudiamos. Irene y yo decimos siempre que somos unas enamoradas de nuestras tumbas.

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