Los nacidos a partir de 1959 se jubilarán a los 67
Las propuestas del Gobierno para reformar el sistema de pensiones y el plan de austeridad para recortar el gasto público en 50.000 millones de euros serán dos de los temas estrella que analizará el Consejo de Ministros este jueves, día que vendrá además marcado por varios datos macroeconómicos de importancia: la Encuesta de Población Activa (EPA) del último trimestre de 2009 y el indicador adelantado del IPC armonizado, entre otros.
A tenor de algunas declaraciones realizadas por miembros del Ejecutivo en los últimos días y semanas, las recomendaciones del Gobierno en materia de pensiones podrían incluir el incremento escalonado de la edad ordinaria de jubilación, actualmente fijada en los 65 años.
El ministro de Fomento, José Blanco ha dicho este jueves que “en las próximas horas” el Gobierno haría una propuesta sobre la edad de jubilación que facilite el mantenimiento del sistema de Seguridad Social.
La vicepresidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, en unas declaraciones a TVE realizadas el pasado mes de diciembre, se mostraba partidaria de retrasar la edad legal de jubilación más allá de los 65 años, aunque de manera progresiva y gradual.
Salgado no quiso hablar de ninguna edad límite, aunque puso como ejemplo de esta medida Holanda, donde la edad ordinaria de jubilación es de 67 años. La vicepresidenta económica señaló entonces que cuando la Comisión del Pacto de Toledo lo decida, sería “razonable” ir aumentando la edad de jubilación gradualmente y ser al mismo tiempo “muy exigente” con las prejubilaciones.
Por su parte, y aunque no ha precisado si esta medida estará o no entre las propuestas que presentará este viernes el Gobierno, el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, ha dejado claro este jueves desde Barcelona que no se contempla retrasar la edad de jubilación desde los 65 a los 70 años.
Lo que sí parece claro a la luz de las declaraciones de Salgado y Corbacho es que una medida como el retraso de la edad de jubilación, de aprobarse, debería ir acompañada de iniciativas para limitar las prejubilaciones a edades próximas a los 50 años.
El Gobierno defiende que España tiene mucho margen por delante para reformar su sistema de pensiones debido a que su población es más joven que las de otros países europeos por causa de la inmigración, a que la edad efectiva de jubilación en España es de las más altas de Europa (63 años y 10 meses), y a que la esperanza de vida también es mayor que en otros países europeo.
Las propuestas del Gobierno en materia de pensiones se trasladarán posteriormente a la Comisión Parlamentaria del Pacto de Toledo, que está elaborando también sus propias conclusiones, y a los agentes sociales.
Rechazo sindical, aceptación patronal
Cuando la ampliación de la edad de jubilación saltó al debate público, CC.OO. y UGT expresaron su rechazo a extender ésta más allá de los 65 años actuales, llegando incluso a decir el secretario general de CC.OO., Ignacio Fernádez Toxo, que esta medida sería un “disparate”.
Los sindicatos defienden, en cambio, el concepto de “jubilación flexible” y creen que España todavía dispone de mecanismos “suficientes” para fomentar esta figura, que permite optar “voluntariamente” por anticipar o posponer la edad de jubilación con la aplicación de los consiguientes coeficientes de penalización o bonificación, “pero sin que en ningún caso exista obligación legal de aumentar la edad ordinaria de jubilación”.
En todo caso, desde CC.OO. y UGT han insistido al Gobierno en la necesidad de que cualquier reforma que pretenda acometerse en el sistema de pensiones sea fruto del acuerdo en el marco del diálogo social y del Pacto de Toledo.
CEOE, por su parte, es más favorable a ampliar la edad de jubilación. Su presidente, Gerardo Díaz Ferrán, se mostró este miércoles partidario de retrasarla y aproximarla a los 70 años (límite ya descartado por el Gobierno), aunque consideró “bastante razonable” el límite actual, fijado en 65 años.
Díaz Ferrán subrayó éste es uno de los temas que hay que poner encima de la mesa porque “gracias a Dios” la gente cada vez vive más. Además, consideró que lo más importante es que, partiendo del actual límite de los 65 años, la gente no se jubile a los 55 años. “Hay que buscar soluciones en los dos sentidos”, añadió.