Reacciones autonómicas a los déficit
La Comunidad de Madrid, la única gobernada por el PP que votó el miércoles en contra de los objetivos de déficit diferenciados, se ha comprometido este jueves a no pedir más sacrificios a sus ciudadanos, mientras Cataluña ha reclamado al Gobierno que adelante un año, a enero de 2014, el nuevo modelo de financiación.
Los objetivos de déficit diferenciados que deben cumplir las Comunidades Autónomas este ejercicio fueron fijados en la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), con el voto en contra de Madrid, Cataluña, Asturias y Canarias, mientras que Navarra, Aragón, Extremadura y Andalucía se abstuvieron y el País Vasco no estuvo presente en la reunión, aunque sigue dispuesto a alcanzar un acuerdo bilateral con el Ejecutivo de Rajoy. En esa reunión, también se acordó que el objetivo de déficit para 2014 será uniforme para todas las comunidades, en concreto de un 1%, mientras que se reducirá al 0,7% en 2015 y al 0,2% en 2016.
En el caso de Cataluña, se fijó un objetivo de déficit para 2013 del 1,58 % para Cataluña, cuyo conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, ha evitado este jueves cifrar los recortes adicionales que harán falta en este ejercicio, que ha dado ya por amortizado, y ha precisado que Cataluña ha apurado al máximo su capacidad de subir los impuestos, por lo que, según ha advertido, los ingresos adicionales en 2014 deben provenir básicamente de decisiones que adopte el Estado.
“Hoy comienza la campaña para generar los ingresos que hacen falta para mantener el nivel de gasto de 2013”, ha subrayado Mas-Colell, quien ha pedido al Gobierno que adopte medidas que faciliten la obtención de ingresos de la Generalitat, ya que Cataluña se enfrenta en 2014 a unas necesidades de ajuste de al menos 1.700 millones.
En este contexto, el vicesecretario general de Coordinación Institucional de CDC, Lluis Corominas, ha acusado al Gobierno de Mariano Rajoy de “deslealtad” hacia los catalanes y le ha responsabilizado de los recortes que puedan sufrir en enseñanza, cultura o salud, porque el techo de déficit impuesto a Cataluña es a su juicio “incumplible”.
El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls, cree “decepcionante” que se aplique a Cataluña un techo de déficit del 1,58 por ciento, algo que a su juicio obligará a la Generalitat a más recortes para cuadrar sus cuentas, en tanto que el primer secretario del PSC, Pere Navarro, ha instado al Govern a presentar lo antes posible sus presupuestos con el límite fijado.
Sobre el rechazo de la Comunidad de Madrid a su objetivos de déficit en 2013, fijados en el 1,07%, se ha pronunciado el presidente regional, Ignacio González, visiblemente molesto con el resultado de la reunión del CPFF, quien ha querido dejar claro que su Ejecutivo no pedirá más esfuerzos a los madrileños ni llevará a cabo más recortes en los servicios públicos.
González ha recalcado que esta Comunidad lleva cinco años reduciendo sus presupuestos y es “injusto” que Hacienda haya penalizado a las autonomías que han cumplido y premiado a las que no.
Por su parte, el Gobierno valenciano ha precisado que estudia subir alguno de los impuestos indirectos que son de su competencia para aumentar los ingresos y poder cumplir con el objetivo de déficit del 1,6% para 2013.
Desde Badajoz, el presidente de Extremadura, José Antonio Monago, ha defendido la abstención de su Comunidad en la votación ayer en el CPFF, porque, aunque rechaza la asimetría, es la única región que ha aumentado su límite, del 0,69 al 1% del PIB.
Tras la ausencia del País Vasco en la reunión del miércoles, el lehendakari, Iñigo Urkullu, ha afirmado que le “preocuparía” que el Gobierno adoptara de forma “unilateral” la decisión sobre el objetivo de déficit en Euskadi, que aspira a obtener, a través de la comisión mixta del Concierto Económico, una décima más que el 1,2% asignado por el Ejecutivo.
En defensa del voto positivo se ha manifestado el presidente de Cantabria, Ignacio Diego, que ha considerado “razonable” el acuerdo del CPFF, sin querer “entrar en interpretaciones” sobre la asimetría de los objetivos de estabilidad entre regiones.