Ángela Mena

La señora presidenta. Del “por favor” al “tú sabrás” en apenas unos meses. Pudo ser la carrera más meteórica de la política local tinerfeña, pero tropezó con ella misma. Mente pensante del paulinato, administradora de lealtades, quisiera ser califa en lugar de su marido. Le representa en los tribunales.