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La factura del agua se dispara en Teror después de que el Ayuntamiento pase más de medio año sin prestar el servicio

Teror, Gran Canaria

Toni Ferrera

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Esta historia nace en el primer confinamiento por coronavirus, en marzo de 2020. El municipio grancanario de Teror cuenta con dos trabajadores públicos que se dedican a ir casa por casa a leer los contadores de agua, unos aparatos que se suelen colocar en el exterior de los domicilios que miden el consumo de los hogares. Estos dispositivos presentan unos tramos específicos para que los vecinos puedan beneficiarse de una factura de ahorro. Si has consumido una cantidad de agua entre esos dos indicadores, la reducción de gasto es considerable. Si no, el precio se dispara. 

Los dos empleados municipales que tiene Teror para este oficio están de baja desde que estalló la pandemia. Ambos, según informa el Consistorio local, sufren patologías de alto riesgo que no son compatibles con andar por las calles bajo la amenaza de un patógeno invisible que ha acabado con la vida de más de tres millones de personas. Así que Teror se queda sin una función esencial que debe prestar el Ayuntamiento, cuyo único movimiento es solicitar a los vecinos que sean ellos mismos quienes se encarguen de la lectura de los contadores de forma telemática. Esto lo anuncia el grupo de gobierno el 25 de mayo de 2020 en una nota que se publica en su web oficial.

Pasan los meses. La administración sigue sin mover ficha de forma oficial. En noviembre, según cuenta a este periódico el concejal de Agua y Alcantarillado, Rubén Cárdenes Rosario (PSOE), se externaliza el servicio con la contratación de la empresa Gestión y Técnicas del Agua (Gestagua) por 12.243 euros. El contrato no está publicado en el Portal de Contratación Pública, solo en un Excel donde ni siquiera figura la fecha de adjudicación, simplemente la duración del mismo: 12 meses. 

Que por qué no se contrató a una empresa antes se debe a varios motivos, defiende Cárdenes. Carencias en el personal, lagunas en la administración, incertidumbre por no saber cuándo remitirá la epidemia y podrán volver los técnicos públicos. El Ayuntamiento podría haber adjudicado vía contratación de emergencia el trabajo, igual que lo han hechos muchos gobiernos durante la crisis sanitaria. Pero no lo hizo. 

La nueva empresa comienza a pasearse por las casas para medir el consumo de agua. Como no se ha hecho en todo el año, deben ceñirse a unas estimaciones del gasto acumulado que han hecho los vecinos durante 2020. Deja de cobrar importancia la factura de ahorro, de la que solo se pueden favorecer si los contadores se analizan cada dos meses. El pago se multiplica. Y así brotan las primeras quejas contra la gestión de la concejalía. Nueva Canarias ha alertado de que algunos ciudadanos han tenido que pagar el triple de lo normal. 

Llega mayo y la empresa que contrató la administración local reparte a todo el pueblo de Teror una circular en la que solicita la colaboración ciudadana para la lectura de los contadores de agua (al igual que hizo en mayo de 2020, pero esta vez habiendo una compañía encargada para ello). De nuevo, más críticas. 

“Es lamentable”, dice Nueva Canarias, “que el gobierno del PP y el PSOE desafíe la inteligencia de los vecinos y vecinas y pretenda que se lean los contadores de agua para ahorrárselo al consistorio. Este servicio está dentro de los básicos que cualquier municipio presta a sus ciudadanos. Existen muchos colectivos que por diversas circunstancias no pueden hacer una buena lectura de sus contadores, ya que requiere un mínimo de pericia”. 

A los tres días, según indica Cárdenes, se suspende el reparto de dicha circular porque ha habido un error de comunicación con la empresa. El folleto no era para todos los vecinos, sino solo para quienes tienen el contador de agua dentro de sus casas, aunque en el texto no se hace mención alguna a esta concreción. 

También se desconoce cómo es que los trabajadores iban a saber en qué hogares sí debían dejar el documento y en cuáles no (Cárdenes sostiene que manejan un listado en el que figura dónde se encuentra el contador de cada casa). Ni por qué no se les ocurrió distribuir la nota en noviembre, cuando en teoría comenzó a trabajar la nueva compañía. 

“Hemos tenido muchas dificultades. El vecino no tiene la culpa de que no leamos los contadores. Y es verdad. Entiendo la crítica y lo estamos solucionando”, reconoce Cárdenes, quien ha anunciado que el Ayuntamiento ha abierto las puertas para que los ciudadanos reclamen si consideran excesivo el cobro de la factura de agua. Además, ha dicho que ya están pensando en abrir un procedimiento abierto para externalizar durante tres años el servicio de lectura de los contadores.

Nueva Canarias ha presentado una moción sobre la mala gestión del agua que se ha debatido este jueves en la sesión plenaria. Recuerdan que en verano de 2020 el municipio sufrió por la falta de suministro de agua, mientras que la respuesta de la alcaldía fue pedir un “uso responsable” y que “el agua de consumo no puede utilizarse para el llenado de piscinas”.  

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