Fernando Delgado defiende que existe una crisis sistémica que acabará con la sociedad actual
SANTA CRUZ DE TENERIFE, 16 (EUROPA PRESS)
El escritor y periodista Fernando Delgado ha inaugurado este lunes la vigésima edición de la Universidad de Verano de Adeje (UVA), en Tenerife, con una conferencia titulada 'La crisis de la mala educación', en la que plasmó su visión de la sociedad del momento, aquejada no sólo por la crisis económica, sino por una crisis sistémica que lleva visos de destruir el modelo social actual.
El premio Planeta ha sido muy crítico con los medios de comunicación y, sobre todo, con los políticos, “a quienes hemos dejado de creer”, ha dicho. En su opinión, “la falta de sustancia en el debate y el apogeo de la grosería no están en crisis, sino lo contrario: han acabado por dominar el espacio de lo público”.
“Hay quienes creen que los sueños no necesitan ser gestionados y que una buena gestión pública no necesita de sueños y de utopía. Sin embargo, la nueva situación reclama otra vez el coraje ideológico para rebatir la reaparición de fanatismos que creíamos ya superados”, ha sostenido.
“En la comunicación de la era global se ha producido una infantilización de los mensajes porque hoy todo tiene que ser divertido”, apostilló Delgado, para añadir que la gente “no sólo teme a lo complejo, también a lo que no ofrece diversión”.
El comunicador también explicó que la industria cultural necesita de más apoyos. “Es fácil que por comprar un libro consigas un viaje o cualquier regalo. Los caminos en línea recta no interesan al mercado, y todo ello tiene consecuencias en la ausencia de valores del mercado”, consideró.
En el saber por el saber --el saber desinteresado--, asegura que también hay problemas. De hecho, ha comentado que el placer del conocimiento también está siendo defenestrado. Y en ese sentido, criticó que hoy a las universidades se les pida “que no toquen el corazón de los pueblos, sino que dé herramientas de trabajo bien remuneradas”.
El escritor se ha preguntado retóricamente si es posible deslindar la formación del ciudadano de la del ser humano o si un alumno no necesitaría más conocimiento de la vida que de las herramientas que le dota la escuela.
“Lo tiene mal el ciudadano de hoy”, ha aseverado el ponente, para quien prevalece “la carencia de liderazgos y la vergonzosa mediocridad imperante”. En su opinión, “la crisis ha venido a descifrar quien de verdad manda y cómo los electores somos meros comparsas en este teatro”.
EL PAPEL DE LOS MEDIOS
Para el escritor, los llamados grupos mediáticos aparecen con frecuencia vinculados a grupos de presión. “Se entiende que para ejercer presión hay que tener poder, y en ese sentido se da la dualidad de ser grupos mediáticos y grupos de presión informativa. La comunicación era una herramienta para ejercer la libertad, y hoy se torna en una herramienta de presión”, comentó.
Delgado ha afirmado que esta crisis podría llamarse “catástrofe de la indecencia”, ya que cada vez es más difícil pensar por cuenta propia en plena sociedad de la información. “Muchas veces ni siquiera se piensa lo que se dice y resulta inquietante la abundancia de discursos públicos en que lo dicho parece no haberse pensado antes. Estamos en una sociedad de loros”, agregó.
Desde su punto de vista, “sólo desde el pensamiento puede un individuo reflexionar respecto de su propia condición humana. En una sociedad en la que el ruido sustituye a la palabra, nos encontramos a menudo con individuos desarmados, porque falta reflexión”. Para el comunicador, “en esta sociedad los mensajes son descaradamente mercancías”.
Según el periodista, “mientras esto siga así nos atendremos a la progresiva destrucción del estado de bienestar”. “Los golfos y las golfas de uno y otro signo que se pasan de uno a otro lado seguirán comprando votos y el suyo propio”, ha manifestado.
Para Fernando Delgado, “no asistimos ante una crisis, sino ante un derrumbamiento del sistema”. “Vamos hacia el caos, la insensatez y la desesperanza, hasta que el orden se imponga desde abajo, en la calle y se rebele la población”, concluyó.