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Nueva Canarias y PSOE van camino de un ‘pacto de conveniencia’ en Gran Canaria

Antonio Morales y Luis Ibarra, en la primera reunión para negociar el pacto en el Cabildo de Gran Canaria.

Alexis González

Las Palmas de Gran Canaria —

Son socios, por primera vez, en el Gobierno de Canarias que acaba de montarse en torno a Ángel Víctor Torres (PSOE), y una pareja en crisis donde han mantenido una alianza estratégica los últimos doce años: la isla de Gran Canaria. ¡Quién lo iba a decir! El PSOE y Nueva Canarias se entienden a la hora de acordar un Ejecutivo regional con Sí Podemos Canarias y Agrupación Socialista Gomera aunque su conformación efectiva nominal despierte menos pasiones y expectativas que su firma programática, pero van camino de un ‘matrimonio de conveniencia’ casi por causas de fuerza mayor en el Cabildo de Gran Canaria.

El relato de hechos, desde las elecciones del 26 de mayo hasta la proclamación de Antonio Morales (NC) como presidente el 22 de junio, al encabezar la lista más votada, está jalonado de planteamientos inamovibles y bucles de declaraciones. En resumen: el PSOE reclama más poder con consejerías de peso como Hacienda o Cooperación Institucional y NC cree que cede bastante con repartir a partes iguales las áreas, entregando Turismo o Medio Ambiente. Y todo con la perspectiva lógica de que antes eran 9 consejeros de NC y 5 del PSOE y ahora empatan a 8 consejeros.

El bloqueo de las negociaciones se quedaría en eso, una controversia de si NC cede Hacienda -ha dicho que es innegociable- al PSOE como los socialistas la han cedido a Román Rodríguez, presidente de NC, en el Gobierno regional -recalca el PSOE-; o si el PSOE ocupa otra de las áreas económicas, como Cooperación Institucional del secretario de NC Carmelo Ramírez, o Industria y Comercio, para darle más equilibrio al reparto. Y eso que también quieren incorporar a las dos consejeras de Podemos...

Todo podría entenderse en esas claves -NC defiende que un nuevo reparto de cero supondría frenar políticas ya avanzadas desde el anterior mandato- si se dejara fuera una evidencia: el PSOE casi le gana las elecciones insulares a Nueva Canarias con una campaña beligerante, por no decir agresiva, del candidato socialista, Luis Ibarra. Antonio Morales le ganó la partida por 4.500 votos y evitó que Ibarra fuera presidente y tentara a su partido con lo que ahora le tienen vetado por esa causa de fuerza mayor que se llama Gobierno de Canarias: explorar en el Cabildo otros pactos con otras fuerzas políticas (PP, Unidos por Gran Canaria-CC, Ciudadanos).

Por eso ahora PSOE y NC no se tragan como antes, doce años después de estrenar una alianza estratégica que les llevó a arrebatar el poder a José Manuel Soria (PP) en el Cabildo de Gran Canaria (2007-2011) con José Miguel Pérez en la presidencia, Román Rodríguez de vicepresidente y el propio Luis Ibarra de consejero de Economía y Hacienda; o de encarar la crisis global del PSOE tras los gobiernos de Rodríguez Zapatero y el movimiento 15M sumando en la provincia de Las Palmas votos y fuerzas al Congreso de los Diputados y al Senado, entre 2011 y 2019.

Habría que remontarse a la decisión del PSOE de no repetir fórmula al Congreso con NC, que le reportó a los nacionalistas de izquierda una proyección estatal increíble: Pedro Quevedo en el Congreso de los Diputados y María José López, en el Senado. Ahí empezó a quebrarse la confianza de la pareja de hecho NC-PSOE, con la que en algún momento se llegó a fantasear con un nuevo partido socialista de disciplina o de gran autonomía canaria al estilo vasco del PSE-EE o catalán del PSC. Los socialistas percibían, en plena remontada de Pedro Sánchez, que ese alianza al Congreso le daba demasiados réditos a NC en detrimento de su militancia.

El desgaste del roce ha espantado el cariño, alimentado sobre todo por las críticas de los socialistas a decisiones del gobierno insular de Antonio Morales (y del que era en ese momento su vicepresidente, Ángel Víctor Torres) como la compra de terrenos en Amurga, entre cuyos propietarios figuran familiares de Román Rodríguez. Otra de las decisiones, además, a replantearse para un nuevo acuerdo de gobierno. O del otro lado, viejas rencillas y desconfianzas de aquel mandato 2007-2011 con Ibarra.

Las negociaciones entre PSOE y NC, por tanto, no es que se estén dando sobre una balsa de aceite. Hay veces que son como agua y aceite porque han cambiado los protagonistas, fundamentalmente en el PSOE con un liderazgo y una candidaturas del todo renovadas, y las querencias de antaño ya no son las mismas. Hay heridas en ambos lados de la mesa, de Telde a Santa Lucía de Tirajana, que prefieren dejar de lado para avanzar en ese pacto de conveniencia casi impuesto por fuerza mayor.

Así, ambos partidos vuelven a darse una oportunidad para cerrar un acuerdo antes del próximo pleno de este mes de julio, que ha de convocarse antes del 1 de agosto. Y las posturas siguen en el mismo punto de fricción, con la intención de solventarlas: NC no suelta Hacienda, refuerza a su consejero Pedro Justo; el PSOE pide a cambio otra área económica o volver a repartir baraja, Luis Ibarra se mantiene firme en el Cabildo aunque tenga salidas y hasta clamores en dirección al Puerto de Las Palmas que presidiera hasta el año pasado... y los entornos alimentan ruidos de censuras que no entran en la agenda regional canaria. Por causas de fuerza mayor.

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