El Estado reformula las obras de Valleseco
La declaración de impacto ambiental elaborada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente obliga a reformular el proyecto original de remodelación de la playa de Valleseco en Santa Cruz y a adaptarlo a la reciente declaración de este ámbito como Bien de Interés Cultural (BIC). En la propuesta inicial de los arquitectos grancanarios Joaquín Casariego y Elsa Guerra llamada 'Sol y Sombra' se contemplaba la eliminación de los antiguos almacenes carboneros que datan de principios del siglo XIX para situar en su lugar una piscina.
Sin embargo, ahora tanto estos elementos como los muelles y el nuevo ámbito de protección deberán ser respetados al máximo y evitar cualquier tipo de afección en los mismos. Para ello incluso se impone la obligación de que varios técnicos se dediquen de forma exclusiva a vigilar los efectos que las actuaciones tengan sobre los bienes protegidos y el medio ambiente y de informar al Cabildo de cualquier imprevisto que surja.
El proyecto de remodelación de la playa de Valleseco resultó ganador de un concurso de ideas convocado a finales del año 2005 por la Autoridad Portuaria. Sin embargo, desde un principio se ha enfrentado a problemas de financiación y así aunque en 2010 contó con una partida de 10 millones de euros para realizar la primera fase para este ejercicio tan sólo hay contemplada una inversión simbólica de 100.000 euros de los casi 40 millones de coste total.
Y es que justo cuando se iban a sacar a licitación las obras la Dirección General de Costas obligó a realizar un nuevo estudio de impacto ambiental cuyo resultado salió públicado hoy martes en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y concluye con que los trabajos no supondrán un impacto negativo para este entorno. De esta manera se apunta que en el ámbito en el que se desarrollarán las actuaciones y que en parte ha sido ganado al mar no existen especies protegidas, se encuentra a 100 metros del Parque Rural de Anaga y a 2.500 de la Zona Especial de Conservación (ZEC) en la que se localizan las poblaciones de sebadales.
En cuanto al Patrimonio Histórico se destaca la declaración BIC de este entorno y sobre todo de las naves y los muelles lo que obliga a garantizar su máxima protección tal y como determina la legislación canaria. Tampoco se realizarán actuaciones que afecten a los posibles barcos hundidos que se puedan encontrar en este tramo del litoral. Durante el período de información pública del proyecto no se presentaron alegaciones de peso en contra de las obras. Tan sólo la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN) pidió que se tuviera en cuenta las periódicas apariciones de manchas de crudo en el litoral que en ciertas ocasiones incluso han obligado a cerrar la playa.
Espacio libre
La zona en la que se va a actuar abarca 113.100 metros cuadrados y se extiende a lo largo de algo más de un kilómetro lineal de la costa. El proyecto propone un espacio libre equipado con distintos ámbitos como playa de charcos, de arena, un balneario y una dársena de embarcaciones. Mientras que Medio Ambiente se hará cargo de la regeneración de 33.000 metros cuadrados de arena, el Ayuntamiento y Puertos asumirán el resto de las obras. En el caso de las naves y muelles carboneros la propuesta es proceder a su restauración y construcción de accesos con escalas y pasarelas de madera superpuestas en vez de eliminar los primeros de estos elementos tal y como se preveía en principio. También habrá un balneario, soláriums, diques de protección emergidos, paseos, terrazas, rampas de acceso al mar y una dársena de embarcaciones de abrigo. Sin embargo, ya se ha descartado el tratamiento del barranco que inicialmente estaba contemplado en el proyecto original. Igualmente te dispondrá de seis edificios incluidos el actual Centro Insular de Deportes Marítimos de Tenerife (Cidemat), las naves carboneras y otros nuevos dedicados a restaurantes, de uso administrativo, deportivos o un mirador.