El Supremo rechaza declarar el almacén Cepsa como BIC

El Tribunal Supremo (TS) se ha puesto de lado de la Refinería y rechaza el intento del Gobierno de Canarias de declarar Bien de Interés Cultural (BIC) el conocido como almacén de Cepsa obra del arquitecto José Blasco. Los abogados de la industria han apelado durante todo este largo proceso judicial a la caducidad del expediente, un argumento que ha sido admitido por el Supremo. A partir de ahora el ejecutivo autónomo tendrá que esperar al menos tras años para intentar de nuevo proteger este edificio y se ordena la cancelación de todas las inscripciones o asientos a que hubiera dado lugar dicho expediente “en cualesquiera registros o catálogos”. La Refinería siempre había visto con recelo los intentos de la Consejería de Cultura de intervenir en este almacén al considerar que era un nuevo intento de las instituciones canarias de recuperar el espacio que desde hace décadas ocupa la industria.

Hace tan sólo un año el Gobierno canario mantuvo que este inmueble debía seguir apareciendo en el catálogos de bienes declarados BIC pese a la cadena de sentencias judiciales en contra de este tipo de protección. A principios del mes de enero del año 2010 el Tribunal Supremo ordenó que todo el expediente volviera al Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) para que tomara una decisión al respecto. Poco después el TSJC consideró que había caducado el expediente de catalogación y que no se podría iniciar otro nuevo hasta dentro de tres años. Sin embargo, la Consejería de Presidencia, Justicia y Seguridad del Gobierno de Canarias optó por presentar otro recurso ante el Tribunal Supremo que fue admitido a trámite en el mes de julio de 2010 y que acaba de ser ahora fallado dándole la razón a la Refinería.

El almacén de Cepsa es obra del arquitecto José Blasco y se trata de un inmueble rectangular con una sección de siete calles separadas por pilares. Tal y como aparece recogido en el expediente de declaración BIC el alzado ofrece como característica más destacable la combinación de estructuras abovedadas. También presenta calles interiores y un gran sótano. Está considerado un ejemplo destacado de la arquitectura industrial de la capital tinerfeña. Blasco es autor de varias obras racionalistas de la ciudad como el Colegio Fray Albino, la Escuela de Idiomas, el Centro Farmacéutico o los puentes Serrador y de los Asuncionistas, en este caso como colaborador.

Del autor destaca también la Casa Mascareño, ubicada en la plaza del mismo nombre al lado de la avenida Venezuela. Este inmueble fue declarado BIC en el año 2007, pese a que el edificio en estos momentos presenta un notable grado de deterioro. Entre los males del inmueble destaca un entorno que no tiene el mismo grado de protección que la Casa. La pieza evoca algunas creaciones domésticas del arquitecto francés Le Corbusier, que por ejemplo diseñó la ciudad india de Chandigarh. Blasco Robles comenzó a trabajar en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife en 1928 en la Oficina Técnica Municipal y fue nombrado arquitecto municipal en 1931.

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