El temporal llena las presas y 'desnuda' a Maspalomas
El temporal de viento y lluvia que ha azotado a Canarias desde el pasado domingo ha exhibido este martes su cara más amable haciendo correr los barrancos de Gran Canaria y llenando sus presas de agua, aunque con el contrapunto de que el fuerte oleaje ha vuelto a desnudar de arena la playa de Maspalomas.
A pesar de algunos destrozos por la acción del viento como caída de piedras y ramas en las carreteras, el campo grancanario ha vuelto a agradecer la llegada de unas lluvias que han calado la tierra y llenado de agua las presas, que vivían de sus reservas desde el cierre de año.
Muchos curiosos y turistas se han acercado este martes, una vez levantada la alerta roja, a la cumbre y a la carretera que une la Cruz de Tejeda con San Bartolomé de Tirajana para disfrutar de un sinfín de cascadas y riachuelos improvisados, que siempre llaman la atención a la población por su espectacularidad y colorido, una estampa poco habitual en estas tierras.
Aunque el nivel de alerta ya ha sido rebajado, el frío, el viento, la lluvia y la neblina siguen presentes en la zona más alta de la isla, en donde el sol no aparece desde el pasado fin de semana.
La zona aledaña al parador de Tejeda volvió a despertar entumecida, envuelta en una espesa capa de niebla y con buena parte de los comercios cerrados o sin clientela, ya que han sido muy pocos los valientes que han atrevido a bajar de sus coches ante las ráfagas de gélido viento.
Al mismo tiempo, la vertiente sur de la isla ofreció sol, buenas temperaturas y suaves brisas a los turistas, que aprovecharon la mejora de las condiciones climáticas para hacer recorridos de senderismo o de ciclismo en carretera.
Ya en la costa turística de Maspalomas, el fuerte viento y el oleaje se unieron para dejar un escalón en la arena en unos 2,5 kilómetros a lo largo de la playa y al descubierto una gran franja de cantos rodados y rocas en esa zona.
Este fenómeno se da con cierta frecuencia en esta zona, si bien es el propio mar el que se encargará de devolver la arena a su lugar y volver a cubrir las piedras, como ya ha sucedido en ocasiones anteriores.
La acción del oleaje ha puesto en peligro la estabilidad de tres kioscos de la playa, cuyos cimientos aparecían hoy descubiertos en parte y que no pudieron abrir al público como de costumbre.
La Cruz Roja ha colocado en sus mástiles la bandera roja que prohíbe el baño, lo que no ha impedido que algunos turistas hayan disfrutado hoy de un día de playa, con algunos rayos de sol intercalados entre el viento reinante en la zona.