El boom de los cupcakes
En Estados Unidos los cupcakes llevan más de 80 años decorando las vitrinas de las pastelerías de alto standing y en Inglaterra desde hace décadas se han postulado como el acompañante perfecto a la hora del té. En España estos pequeños pastelitos han tardado en aterrizar y en el caso de Canarias todavía más, pero el boom ha sido imparable y parece que los cupcakes han llegado a las Islas para quedarse.
Repostería creativa: un nuevo nicho de mercado
Repostería creativa: un nuevo nicho de mercadoCuando Carrie Bradshaw, la protagonista de Sexo en Nueva York, se sentó con sus amigas a comer cupcakes en la cafetería Magnolia Bakery, se desató la locura por estos bizcochos decorados con frosting, ese gorrito de crema tan característico de múltiples formas y colores. La palabra cupcake proviene de finales del siglo XVIII cuando se horneaban porciones individuales de bizcochos dentro de tazas resistentes al calor; de ahí, su nombre, que significa literalmente en español “tarta en taza”.
Sin embargo, España ha tardado un poco más en descubrir el encanto de estas pequeñas creaciones, hasta que hace un par de años en ciudades pioneras como Madrid o Barcelona empezaron a proliferar los establecimientos dedicados a su venta. En Gran Canaria se produjo el boom hace apenas dos años y lo que en un principio parecía una moda pasajera ha ido ganando poco a poco en importancia tanto a nivel gastronómico como de oportunidad de mercado.
En la capital grancanaria, así como en otras partes de la Isla, los establecimientos dedicados tanto a la venta de cupcakes y repostería como de utensilios y productos para hacerlos en casa se han ido multiplicando progresivamente. En centros comerciales, zonas céntricas y barrios, tiendas y cafeterías comparten un objetivo común: acercar la repostería creativa a los consumidores canarios.
Rosario Hernández, pastelera de profesión y de formación, decidió abandonarlo todo para apostar por su verdadera pasión. Tras varios años trabajando en grandes superficies y quedarse en el paro, se sumergió en el apasionante mundo de la repostería y abrió las puertas de su acogedora Ros' Bakery, un local situado en el centro comercial Las Ramblas que ofrece a los clientes cupcakes y tartas inspirados en las recetas americanas originales. Rosario señala que la hostelería es “muy sacrificada”, especialmente la venta de repostería porque “tienes que estar siempre investigando para hacer recetas nuevas, mejorar las que ya tengas, crear nuevos sabores; lo fácil es copiar las recetas, pero hay que marcar la diferencia”.
En Ros' Bakery los clientes pueden disfrutar de una gran variedad de cupcakes y tartas que “están hechos con los mejores ingredientes y con mucho cariño”, destaca su propietaria. Rosario cuenta que gran parte de su clientela vienen de todas partes de la ciudad y desde otros municipios tanto para consumir en el local como para hacer pedidos para comuniones, cumpleaños o bautizos.
Al igual que Rosario, Ingrid Kaiser, alemana afincada en Gran Canaria desde hace más de 20 años, apostó por los cupcakes después de que su hija volviera de un viaje a Estados Unidos y quedara prendada del encanto de los pequeños pasteles. En menos de un año, The Cupcake House se ha convertido en uno de los lugares de referencia para la degustación de repostería creativa en la capital y su dueña asegura que “cada vez va a mejor porque lo cupcakes van teniendo más aceptación”. Coincide con Rosario en que requieren mucho esfuerzo y dedicación, pero que merece la pena cuando los clientes le felicitan por su producto. Ingrid presume de utilizar siempre materia prima de primera calidad que da a sus cupcakes un toque muy natural, ya que ella misma elabora desde el dulce de leche hasta las mermeladas para los rellenos. “Me levanto cada día a las 6 de la mañana para ofrecer a mi clientela cupcakes recién hechos, no me gusta vender los que hayan sobrado del día anterior porque creo que el cliente merece siempre lo mejor”, destaca la alemana.
A pesar del retraso con el que han llegado los cupcakes a Canarias, el boom ha sido imparable. El caso de Ingrid y Rosario son tan sólo dos ejemplos de todos los establecimientos que han surgido en apenas dos años, y no sólo cafeterías. Los talleres y tiendas de utensilios para la elaboración de repostería creativa se han multiplicado para satisfacer la demanda que los usuarios que, hasta hacía poco sólo podían comprar a través de Internet o haciendo pedidos a la Península.
Rafael Hernández fue consciente de esta realidad y decidió montar su propia tienda-taller en el barrio de Guanarteme. La Dulce Realidad se ha convertido en un punto de encuentro para los amantes de la repostería creativa a nivel usuario que desean seguir investigando y progresando en la materia sin necesidad de cursar un ciclo de hostelería o pastelería. “En ningún momento queremos suplir la formación superior”, subraya Rafael, “pero sí queremos darle la oportunidad a todas aquellas personas que quieren aprender a elaborar este tipo de repostería, porque a todos nos hace ilusión ser capaces de hacer nuestra propia tarta de cumpleaños, por ejemplo”.
El joven repostero reconoce que gracias a los medios de comunicación, las redes sociales y los programas de televisión por fin Canarias ha logrado familiarizarse con términos como fondant, glasa o frosting, pero que todavía queda mucho por aprender de países europeos y americanos que “nos llevan una ventaja de años luz.” Sin embargo, Rafael se queja de la falta de ayudas por parte del Gobierno canario a la hora de potenciar este nuevo tipo de negocios, ya que para poder importar la gran mayoría de productos y utensilios los propietarios tienen que viajar a Inglaterra, Alemania o Estados Unidos, que es donde se encuentran las mejores marcas.
“Aquí no llegan ni la mitad de los productos que están circulando actualmente en el mercado. Es lamentable que a nivel insular no existan todavía profesionales que se dediquen a abastecer a este tipo de tiendas”, se lamenta el propietario de la Dulce Realidad. Asimismo, explica que los comerciantes tienen que pagar altas tasas a la hora de pasar los productos por aduana, lo cual los encarece todavía más. “Nos ponen muchas trabas para traer hasta Canarias productos como el fondant, que es esencial en la repostería creativa. Si queremos que esto no sea una moda pasajera hay que poner alguna solución, porque si no, nos lo vamos a cargar”.
Mucho más que una magdalena decorada
Mucho más que una magdalena decoradaDesde que el momento en que los cupcakes empezaron a acaparar la atención dentro del mundo de la repostería, el debate ha estado en el aire: ¿tienen alguna diferencia con los bizcochos de toda la vida o, por el contrario, son simplemente magdalenas con aires de grandeza? “Mucha gente viene a mi cafetería con la idea de que es una magdalena decorada, pero no tiene nada que ver, no se puede comparar el trabajo que lleva un cupcake con otro tipo de bizcochos”, asegura Ingrid, la propietaria de The Cupcake House.
Rosario, de Ros' Bakery, explica que un cupcake es una tarta en miniatura, mucho más suave y esponjoso que la magdalena “porque no es la típica receta de huevos, azúcar y harina”. La otra gran diferencia, aparte de su elaboración, es que estas pequeñas creaciones tienen una imagen mucho más trabajada y llamativa: “Tú haces un queque y siempre será lo mismo, pero con los cupcakes no tienes límite, dejas volar la imaginación y las posibilidades son infinitas”, señala la repostera.
Esa ha sido también otra de las grandes cuestiones: ¿bueno y bonito van de la mano? El fondant, una pasta de azúcar similar a una plastilina comestible, es el recurso más utilizado a la hora de decorar tartas, cupcakes y galletas. Permite elaborar casi cualquier forma que se desee darle, con lo que los reposteros pueden ofrecer a sus clientes tartas personalizadas con forma de coche, pelota de fútbol, muñeca, sombrero, cisne y un largo etcétera. Unas formas un tanto artificiales que sigue provocando rechazo en algunos consumidores.
Sin embargo, Rosario asegura que en todo momento debe primar el sabor al diseño: “Es súper importante que la tarta esté buena. Yo cuido la decoración hasta el más mínimo detalle y me gusta que quede bonita, pero sobre todo me preocupo por el sabor y la textura, porque una vez se haya cortado la tarta lo que cuenta es lo que recibe el paladar”.
Rafael, el propietario de La Dulce Realidad, opina que este ha sido uno de los grandes impedimentos a la hora de importar la cultura de la repostería creativa a las Islas: “La mentalidad del canario es bastante cerrada para algunas cosas. Cuando le explicas a la gente que los cupcakes están decorados con buttercream, las tartas con fondant o las galletas con glasa, te miran como diciendo: a mi dame turrón, crema o merengue, déjate de tonterías”, explica el repostero. “Parece que a la gente le da miedo salirse de la receta del queque de la abuela o pedir para las bodas otra cosa que no sea la típica tarta de merengue que nos llevamos comiendo desde los años 80. La repostería creativa nos ha dado la oportunidad de poder destacar aún más y ofrecer algo distinto a esas mentes inquietas que quieren probar cosas nuevas”.
Una respuesta a la crisis
Una respuesta a la crisisLa repostería creativa no sólo ha servido para mostrar el gran abanico de productos con el que deleitar nuestro paladar, sino que también se ha presentado como un gran recurso a la hora de ingeniárselas para combatir la crisis económica. Cada vez son más las personas, sobre todo mujeres jóvenes, que deciden abrirse una página web donde muestran todas sus recetas con fotos del paso a paso y algunas incluso las acompañan con vídeos tutoriales. Estos portales se presentan como una forma de darse a conocer que, sumado al boca a boca, les ha permitido difundir sus conocimientos y también sus creaciones, como el caso de La Luna en Dulce, Mónica Cupcakes o La Dulce Magdalena.
Muchas de las autoras de estos blogs son expertas en repostería creativa que se han formado a través de cursos homologados y ciclos superiores o medios. Sin embargo, el fácil acceso a tutoriales y recetas ha hecho que muchas personas se estén dedicando a la venta de cupcakes y tartas en el mercado negro. “El boom de los cupcakes ha traído consigo una explosión de ingresos dentro de la economía sumergida”, afirma Rafael.
Ha sido la respuesta a muchas familias que se han visto asfixiadas por la crisis, ya que la comercialización de estos productos entre familiares y amigos permiten unos ingresos extras “que siempre vienen bien”, resalta el repostero.
Rosario también comprende a estas personas que lo hacen por necesidad, pero alerta de que esta tendencia encierra sus peligros. “Hay que tener cuidado porque estás vendiendo productos comestibles, porque la manipulación de esos alimentos en tu casa no es la misma que las que se puedan hacer en un establecimiento que reúne las condiciones adecuadas y que no tienen los conocimientos previos, y de cara a sanidad es un riesgo enorme”. En Ros' Bakery y The Cupcake House, al igual que en todos los establecimientos de venta al público, toda la materia prima ha de estar correctamente etiquetada, llevar un registro diario de las temperaturas de la vitrina, la nevera y el congelador donde se guardan productos y materia prima porque es lo primero que se investiga en caso de que una persona se pusiera mala o resultara intoxicada. “Es algo serio, se necesita un registro sanitario sí o sí, la gente debería concienciarse de esto porque es peligroso”, recuerda Rosario.
Objetivo cupcake perfecto
Objetivo cupcake perfectoLa revolución de los cupcakes llegó a España de la mano de una bilbaína que allá por 2010 decidió abrir un blog en el que semanalmente posteaba sus nuevas creaciones. Alma Obregón, con su página Objetivo: Cupcake Perfecto, ha logrado en cuatro años convertirse en la imagen por excelencia de la repostería creativa a nivel nacional.
Ella misma cuenta en su blog que su amor por los cupcakes comenzó mientras hacía su tesis doctoral en Comunicación Audiovisual en Frankfurt. “Hacía tanto frío que estaba todo el día metida en casa, y después de probarlos en una cafetería decidí probar a hacerlos en mi cocina”, cuenta Alma. Ella misma confiesa que a los pocos días pasó de ser un simple hobby a convertirse casi una obsesión: “Quería lograr a toda costa conseguir el cupcake perfecto y de ahí nació la idea de hacer el blog”.
Poco a poco su página fue ganando visitas y teniendo cada vez más aceptación. “Lo que nació como una especie de recetario donde yo mostraba mis inicios en el mundo de la repostería ha terminado siendo mi profesión”, comenta la repostera. Después de empezar a impartir talleres y de montar su propia tienda, Alma ha estado viajando con frecuencia a Estados Unidos e Inglaterra para aprender nuevas técnicas en cursos monográficos y coger ideas de los establecimientos que funcionan por allí desde hace años. “Fuera nos llevan una ventaja enorme, es increíble todos los productos que tienen en estos países. También es normal porque llevan décadas trabajando en lo que en España llevamos apenas unos años, pero poco a poco vamos cogiendo carrerilla”.
Desde que en 2011 la bilbaína ganara el premio Bloguera Cocinera de Oro de Canal Cocina, su trayectoria ha sido imparable. Ha publicado tres libros de repostería creativa, uno de cupcakes, otro de tartas y el más reciente de galletas decoradas; presenta actualmente el programa Cupcakemaniacs en el canal Divinity y también ha colaborado con Canal Cocina enseñando cómo hacer diferentes recetas de cupcakes; además, su página ha logrado alcanzar más de 30 millones de visitas y ha abierto su propia tienda en Madrid donde también imparte cursos y talleres. “Sé que he tenido una suerte enorme. Lo he dejado todo para centrarme en este proyecto y estoy muy agradecida por todo el apoyo que he recibido, ¡y es increíble que haya pasado en tan sólo un par de años!”, manifiesta Alma.
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