Un noviembre histórico en la lucha feminista

Marcha del 7 de noviembre contra las violencias machistas en Madrid.

Cleia Montesdeoca

Las Palmas de Gran Canaria —

El mes de noviembre ha estado plagado de actos que visibilizan la lucha para erradicar la violencia contra las mujeres. Desde la I Marcha Estatal contra las violencias machistas hasta la Caravana Violeta en Gran Canaria. Desde Madrid hasta La Aldea de San Nicolás. Todo es poco para llenar las calles de consignas feministas y visibilizar la lucha de las mujeres. Sin embargo, tras la multitudinaria marcha del 7N, el terrorismo machista volvió a asestar un duro golpe. Esta vez para dejar a siete mujeres asesinadas en tan solo una semana.

7N: cita para la Historia

El 7 de noviembre Madrid acogió la I Marcha Estatal contra las violencias machistas. Un gentío violeta se agolpaba en los alrededores de Atocha momentos antes del comienzo de la marcha, mientras iban llegando guaguas venidas de todas partes de España, trenes y vuelos desde Canarias y Baleares. Del archipiélago se esperaban cerca del centenar de personas. Este 7N histórico comenzó a gestarse en Valencia hace algunos meses. Poco a poco se fueron sumando voces de todo el territorio, y se fue coordinando lo que sería el grito unánime que recorrió las calles de Madrid aquella calurosa mañana de otoño. Meses de trabajo, de difusión por las redes sociales, y de actos como el de Zapatos rojos, han servido para poner la guinda con esta jornada sin precedentes en las calles de Madrid.

La organización estima que acudieron algo más de 200.000 personas. Lo cierto es que no cabía un alma en Paseo del Prado, y según comentaban algunos asistentes, cuando la cabecera ya había llegado a Plaza de España, seguía saliendo gente de Atocha para incorporarse a la Marcha. Las batucadas pusieron la nota festiva a un día plagado de acciones combativas y simbólicas. Los lemas se sucedieron durante toda la jornada: “basta ya de terrorismo patriarcal”, “nosotras parimos, nosotras decidimos”, “no se mueren, son asesinadas”, “ni una más ni una menos”, “apartad vuestros rosarios de nuestros ovarios”, “que viva la lucha de las mujeres”, “no estamos todas, faltan las muertas”. Y es que durante el 7N se alzó la voz para frenar las violencias machistas, para pedir que sea una cuestión de Estado, para visibilizar la lucha de las mujeres y para concienciar a la sociedad de que la violencia contra la mujer por el mero hecho de ser mujer tiene que acabar.

El movimiento feminista de Canarias estuvo en Madrid

El movimiento feminista de Canarias estuvo en MadridLas organizadoras cifraron la presencia de canarias y canarios en algo más del centenar de personas. Tras la pancarta que rezaba ‘Marcha #7N contra las violencias machistas’ y con la silueta impresa de las Islas, se agolpaba una marea de mujeres y hombres con sus camisetas moradas. A grito de “Sí, sí, sí, Canarias está aquí” se hicieron escuchar las voces isleñas que mostraron su más absoluta repulsa a la violencia contra las mujeres. Sin embargo, para llegar hasta Madrid el camino fue largo. Organización y difusión por las redes, así como la preparación de actos como el de ‘Zapatos rojos’, fueron la previa a esta gran marcha por la dignidad de las mujeres. Ana Hernández, del Foro contra la violencia de género de Tenerife y miembra de la Plataforma de Acción Feminista de Canarias nos relató brevemente cuáles fueron los pasos a seguir para que la presencia de las Islas fuera una realidad. Se organizaron entorno a asambleas estatales –con representación canaria en dos de ellas-, así como creando comisiones que se encargaban de logística, prensa, o contenidos entre otras. Todos los colectivos y asociaciones de las Islas confluyeron en la Plataforma de Acción Feminista Canaria (PAFC) para organizarse de cara a la marcha. Así fueron saliendo los eslóganes, la pancarta, las camisetas, y el cartel para la ocasión. El trabajo de difusión aumentó considerablemente durante el verano. Se realizaron recogidas de zapatos para pintarlos y hacer la réplica visual que la artista Elina Chauvet hizo en Ciudad Juárez con los ‘Zapatos Rojos’. Gran Canaria y Tenerife se los calzaron para visibilizar la lucha contra la violencia de género.

El día antes de la marcha varios edificios institucionales de las Islas se iluminaron con luz violeta y desplegaron pancartas que secundaban la movilización del 7N. Si bien, Hernández comenta que desde la PAFC no pretenden darle difusión a este hecho, si no que más bien buscan acuerdos concretos con las instituciones que permitan mejorar los presupuestos, la legislación y los servicios públicos para la igualdad y para la lucha contra la violencia de género. Manifestando así la preocupación que hay entorno a la falta de presupuesto, que hace que haya casas de acogida y pisos tutelados abarrotados, déficit de personal y medios y listas de espera para acceder a los recursos de la administración. En definitiva, lo que demandan es una “mayor financiación para que ninguna mujer esté en riesgo”. Otra de las cuestiones que preocupa a Hernández es la “escasa formación en materia de género por parte de los jueces”. Es necesario formar a todos los profesionales que puedan estar en contacto con este fenómeno, desde personal sanitario, policías y también jueces y fiscales. “De este modo se evitaría ser cómplices por ignorancia de la ley o por negligencia”, apostilla. Preguntada por la marcha del 7N, Ana Hernández afirmó “estar muy contenta porque nunca había habido una movilización tan masiva”. Hace hincapié en que “la marcha transcurrió sin ningún incidente” salvo el del grupo de personas que intentó boicotear la lectura del manifiesto. Así mismo, tras la marcha, se conoció la noticia de que dos mujeres fueron asesinadas y que la cifra aumentaría en los siguientes días. “Mientras más libres y más derechos conquistamos, más violento se vuelve el patriarcado. Debe ser que el patriarcado muere matando”, afirma Ana en alusión a las mujeres asesinadas pasado el 7N. “Todo asesinato de una mujer por violencia de género es un fallo del sistema, pero aún más cuando la mujer recurre a él”, concluye.

Hombres en construcción

Así es como José Francisco Sánchez, hombre activista en el feminismo y miembro de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (AHIGE) se define. “Soy un hombre en construcción y me reconozco como producto del patriarcado. Es por eso que nuestro cambio comienza en nuestro interior, en ocuparnos de la esfera privada y de nuestra parcela emocional”, afirma José. Alguien dijo alguna vez que las mujeres ya habían conquistado la esfera pública ocupando puestos de trabajo remunerado creyendo que ese era el verdadero cambio hacia la igualdad. Sin embargo, la realidad demostró que no fue así, y que por lo tanto, el cambio puede radicar en que los hombres ocupen la esfera privada y hagan suya la tarea de cuidados. Mucho se ha hablado del papel de los hombres en esta lucha, y por ello hemos querido conocer la opinión de uno que lo vive muy de cerca. José nos habla de los grupos de hombres como “un espacio donde nos reconocemos como iguales, donde comentamos lo que nos preocupa, un espacio para compartir y crecer”. “Son grupos horizontales donde con el tiempo se producen cambios, se trabaja en identificar la estereotipación y los roles patriarcales para comenzar el proceso de deconstrucción”, sostiene Sánchez. Para él es importante compartir espacios con mujeres pero matiza que la lucha de los hombres comienza con la identificación de sus carencias y la renuncia a sus privilegios, ya que considera que éstos son como “un caramelo envenenado”. “Asumir durante muchos años que los hombres no lloran genera un analfabetismo emocional importante”, afirma. Este fenómeno de “analfabetismo emocional” se hace extensible a la forma que tienen los hombres de relacionarse con las mujeres. “De esta manera se establecen relaciones vacías plagadas de mitos del amor romántico o una sexualidad pobre donde la creencia más extendida es la del ‘coitocentrismo’”, enuncia Sánchez. En cuanto a las reivindicaciones de la marcha del 7 de noviembre en Madrid, a José le parece “increíble que la violencia contra las mujeres no sea una cuestión de estado” y le da la sensación de que “parece que haya muertes de primera y de segunda”. La violencia machista hay que combatirla desde muchos frentes, y la necesidad de identificar lo que nos hace reproducir conductas patriarcales y nos hace cómplices hay que erradicarlo. “Parece que lo del terrorismo acabó con ETA. La violencia contra las mujeres es una manifestación sistémica y hay que acabar con ella”, sentencia.

25N: la lucha continua

El pasado 25 de noviembre fue el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En España se convocaron manifestaciones y protestas para acabar con esta lacra. La Red Feminista de Gran Canaria emplazó a toda la sociedad a manifestarse contra la violencia machista en una marcha silenciosa. A golpe de tambores se recreó un ambiente parecido al de un entierro. Mujeres que portaban velas violetas custodiaban la pancarta que encabezaba la manifestación. Un silencio sepulcral caminó por la calle de Triana hasta estallar en aplausos en la Plaza de San Telmo. Colectivos y asociaciones de la isla se dieron cita como cada año. Así mismo, se dejaron ver caras conocidas como la del presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, o la candidata al Congreso por Podemos, Victoria Rosell. Por otra parte, el Foro contra la Violencia de Género de Tenerife convocó en la Plaza de la Candelaria para asistir a la performance de Mujeres de Negro en Acción, y posteriormente, dar comienzo a la manifestación desde la Plaza de la Candelaria hasta la Subdelegación del Gobierno.

Laura e Iris son las dos mujeres canarias asesinadas que constan en las cifras oficiales. A Laura su asesino la roció con gasolina para prenderle fuego, e Iris –con denuncias interpuestas y una orden de alejamiento rechazada-, fue asesinada a cuchilladas cuando caminaba por la calle con su madre. Dos mujeres jóvenes víctimas del terrorismo machista. ¿Cuántas mujeres más tienen que ser asesinadas para que la violencia de género sea una cuestión de Estado? La gravedad de la situación requiere una solución que esté a la altura. La violencia contra la mujer va más allá del ámbito doméstico. Es una violencia estructural, arraigada en la sociedad, que actúa de forma silenciosa hasta que estalla. Y cuando lo hace, no tiene límite. Todos los días del año tienen que ser 25 de noviembre. No puede pasar ni un solo día en que no se luche para exterminar esta lacra que en lo que va de año ha dejado huérfanos a 44 niños y niñas. Basta ya de violencia patriarcal.

28N: Caravana Violeta

En el marco de la acción del 7N en Madrid, la Red Feminista de Gran Canaria organizó la Caravana Violeta el pasado sábado 28 de noviembre. Esta caravana feminista salió desde tres rutas diferentes para detenerse en cada municipio de la isla y así “visibilizar en Gran Canaria la gravedad de las violencias machistas”. Cada ruta emprendió su camino a las 9 de la mañana para confluir todas sobre las 17:00 horas en La Aldea de San Nicolás. En cada uno de los veintiún municipios grancanarios se leyó el manifiesto del 7N. Muchas de las que participaron en la caravana declaraban que la acogida en cada pueblo era calurosísima. Este medio pudo hablar con Koldobi Velasco, una mujer comprometida con esta y otras muchas luchas. Destaca que fue una “vivencia muy emotiva”. Sorprendida también por los recibimientos, Koldobi sentía necesario “hacer visible en todos los rincones de la isla nuestro amor solidario a todo el colectivo de mujeres”. “Colectivo que siempre hemos estado explotadas, discriminadas, violentadas. Somos la que sufrimos la violencia estructural más fuerte. Somos el colectivo que sufre la violencia directa, y culturalmente somos las que sufrimos una violencia patriarcal que nos tiene sometidas”, matiza. La caravana llegó entre pitas y aplausos a eso de las 17:00 horas. Tras un breve enyesque, los tambores anunciaron la llegada de la caravana a La Alameda, donde se leyó nuevamente el manifiesto del 7N ante la mirada de los vecinos y algunos curiosos que se alongaban desde los bares. El alcalde de La Aldea no quiso perderse el acto, y dio la bienvenida tras unas palabras en las que destacó el compromiso de los aldeanos y las aldeanas en la lucha contra “todo tipo de violencia”.

Tras el 28N queda la resaca de un ‘noviembre feminista’ lleno de actos y recuerdos por las que se quedaron en el camino y por las que aún viven en el infierno del terrorismo machista. La sinergia creada en estos días tiene que servir para seguir en la brega y conseguir que la pesadilla en las que miles de mujeres siguen inmersas acabe. Por ellas, por nosotras y por las que vienen. Un mundo libre de violencia contra las mujeres es posible con educación, con implicación de las instituciones y de las autoridades. La violencia contra las mujeres ha de ser una cuestión de Estado. Es urgente y es necesario. Ni una sola mujer más tiene que ser asesinada. Ni una. El grito de “nos queremos vivas” es un canto a la libertad. Que así sea.

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