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Sobre este blog

Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

LAS DOS ESPADAS DE KENNY RUIZ

¿Y qué pasó después?... Pues que, por segunda vez, la serie se quedó sin una editorial que la publicara y hubo que esperar hasta este año que ya termina para que Norma Editorial decidiera publicar no solamente el tercer tomo, sino un cuarto, así como ediciones “remasterizadas” de la primera y segunda entrega –con nuevas portadas- para todos aquellos que no pudieron leerla cuando se publicó por primera vez en España.

Esta misma semana, el viernes día 12 y con motivo de la celebración del Salón del Cómic de Madrid, el tomo cuarto de Dos Espadas será presentado de manera oficial, dando por finalizado un viaje que ha durado los siete años anteriormente comentados.

No obstante, y aun cuando no he podido leer el tomo que cierra esta historia -largamente esperado, debo admitir- éste se me antoja un momento ideal para mirar atrás y contarles quién es Cira y de dónde sale esta alocada, impetuosa, valiente y genial heroína creada por Kenny Ruiz

Empecemos por el principio:

En una época dominada por los duelos de espadas, los guardias de la corte y los adelantos de la ciencia vive un grupo de pillastres en busca de una ganancia diaria, ya sea por medios lícitos o ilícitos. Estos últimos pueden ser un tanto peligrosos, -y si no, que se lo digan al listo de Punaise, Chinche en la versión española- pero para eso está Cira, para solucionar estos pequeños encuentros con la destreza de sus armas. Precisamente por eso, y por la técnica que usa –pues porta y lucha con dos armas- ésta se hace llamar Deux Epées.

Las continuas escaramuzas de Cira suponen un deleite para las aburridas gentes del lugar, demasiado acostumbradas a la monotonía diaria, monotonía que sabiamente sabe romper el maestro de las marionetas, quien, sin Cira saberlo, pondrá su vida en una encrucijada.

No obstante, antes que nada, y como suele ocurrir cada vez que Cira ofrece una lección de lucha a los patéticos guardias, la campeona tendrá que rendir cuentas ante la Mamma, la gran jefa –no es sólo título, como se podrá ver a lo largo de la hostoria- quien con cariño de esos que mejor que se los guardase y dosis de realismo logra poner las ambiciones de Cira en un segundo plano, aunque sea por momentos.

Y es que Cira sueña con llegar a ser una Première Epée -una suerte de espadachín de gran prestigio con un dominio de la técnica, digno del mejor Errol Flynn- desde que su padre la abandonó siendo aún una niña, con sus armas por única herencia, detalle que pone de los nervios a la Mamma, quien considera que a su pupila le iría mejor si la hubieran abandonado con un vestido y así evitar los continuos fanfarronadas de la joven ante todo aquel que quisiera verla.

Lo paradójico del caso es que, aunque Cira lucha de una forma, intuitiva, brillante y casi se diría que natural, ésta no consigue entrar en el prestigioso L’Ecole de la Licorne -Escuela Unicornia-, lugar de formación de los futuros Première Epées, simplemente porque no consigue demostrar pertenecer a una familia con blasón.

Sin embargo, pensar que este “pequeño” detalle va a amilanar a Cira es un grave error, tal y como comprobarán los guardianes del patio del prestigioso instituto, en el que se celebran unas demostraciones de alumnos.

Cira decide dejarse caer… más bien, catapultar, por las artimañas de un par de circenses gemelos chinos, por el mencionado lugar y allí, tras un primer rechazo inicial, acaba por encontrar el apoyo del maestro de las marionetas, quien, sorprendentemente, se encuentra sentado en el banco del jurado de los alumnos…

Una vez que, por fin, Cira logra una oportunidad para mostrar su talento ante los allí reunidos deberá hacer frente al acero empuñado por Esthel Vachelard, perteneciente a la honorable familia del Valle del Norte, una consumada y tenaz adversaria.

Sobra decir que el primer enfrentamiento se torna en derrota, dado que la aspirante ignora las reglas que rigen dentro de la escuela y, además, su entrega no es suficiente para hacer frente a los conocimientos de quien lleva ya años batiéndose en duelo como parte misma de su entrenamiento.

Por fortuna para Cira, ni el maestro de marionetas -que es mucho más de lo que aparenta ser, algo que conoceremos a principios del segundo tomo- ni el propio destino de la protagonista dejarán que nada quede sin respuesta, por muy mal que puedan pintar las cosas, tras la derrota sufrida en el campo del honor.

Como cuentan las marionetas que sabiamente maneja el maestro, Pero en realidad… ¿era eso lo que buscaba la espada? ¡No! La espada busca a aquel que tenga el coraje de hacer lo correcto…

¿Y quién creen que es la escogida?

Deux Epées -Dos Espadas- fue el primer trabajo de Kenney Ruiz pensado directamente para el mercado francés, tras su debut –y posterior éxito- con obras tales como El Cazador de Rayos y Barcelona.

Ruiz escogió para la ocasión una historia en donde las aventuras de “capa y espada” más clásicas están protagonizadas por toda una pléyade de guerreros -la mayoría, humanos-, aunque algunos fueran extraídos de la mitología helena o del olimpo nórdico. Juntos y con alguna amenaza llegada del mismo averno compondrán las fichas puestas sobre el tablero de juego en el que Cira deberá lidiar su particular cruzada personal, si es que quiere lograr ser la primera espada del reino.

En el apartado gráfico, Kenny Ruiz -primero con el ya mencionado Mazi y, luego, secundado por Ruben Candel y Fernando López- realiza un trabajo meticuloso, lleno de detalles, y en donde las escenas de acción ocupan un lugar predominante dentro de la narración. Ya he dicho que, al traspasar la historia originalmente concebida para un álbum francés al formato manga, Ruiz y Mazi debieron adaptar y redibujar buena parte de las páginas original. Un hecho como ése permitió al dibujante desarrollar más aún si cabe las magníficas páginas en donde los protagonistas ponen a pruebas sus habilidades como espadachines, para deleite de quienes disfrutamos con este tipo de propuestas.

Queda claro que el elegir rediseñar la obra para adaptarla al formato manga no es casual, no solo por la querencia de Ruiz hacia dicho estilo, sino porque si hay una cosa que define a los cómics llegados desde Japón y Corea es su sentido del dinamismo y cómo lo plasman a nivel gráfico.

Con la perspectiva que dan los años, una vez leía toda la obra en conjunto, incluyendo el primer tomo publicado por Soleil, queda de manifiesto la evolución estilística y profesional del artista y como éste se ha ido encontrando cada vez más a gusto con sus personajes y sus historias. Buena prueba de ello son los enfrentamientos que jalonan las páginas del tercer tomo y la forma en la que Ruiz dosifica los tempos para mantenernos siempre alerta, y con ganas de pasar a la siguiente hoja.

Lástima que con esta nueva versión se perdiera el color original de Alberto Salazar, magníficamente adaptado al cromatismo propio de la época, pero, ya se sabe, no se puede tener todo.

Dadas las fechas en las que estamos y la oportunidad brindada por Norma Editorial al volver a publicar los dos primeros tomos de la serie, se me antoja que Dos Espadas debería ser un regalo obligado para quienes disfrutan de las buenas historias; es decir, aquellas que te atrapan desde el primer momento y no te suelan hasta la última página. En este caso, la que cierre el cuarto y último tomo de la serie, tras el largo peregrinaje que les he contado a lo largo de este artículo.

Si quieren conocer más cosas sobre el autor, su obra y sus proyectos, por favor, visiten su página web: http://www.kennyruiz.com/

Si quieren tener más información sobre la nueva edición de Norma Editorial consulten las siguientes direcciones:

http://www.normaeditorial.com/ficha/012840001/dos-espadas-1/

http://www.normaeditorial.com/ficha/012840002/dos-espadas-2/

http://www.normaeditorial.com/ficha/012840003/dos-espadas-3/

http://www.normaeditorial.com/ficha/012840004/dos-espadas-4/

© Kenny Ruiz, 2014

© Norma Editorial, 2014

Sobre este blog

Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

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