Pues si todavía se acuerdan -en medio de esos interminables programas del corazón que duran doscientas cincuenta horas seguidas, para luego empalmar con la liga de las estrellas galáctico-infinitas- ha llegado la solución. Los Demoledores prometen acabar con tanta especulación inmobiliaria y tanto sin sentido, enfrentándose al empresario explotador, los Ligones Justicieros, el Supergrupo y al mismísimo Súper López.
Como ustedes comprenderán, con tanta competencia y todos arrejuntados en tan poco espacio, no hay edificio que soporte tal situación y, al final, lo que pretendían evitar se acabó cayendo por su propio peso. Vamos, que a Los Demoledores les quedó por ver cómo los terrones de azúcar se disolvían en el café, porque el trabajo sucio se lo hacía la panda de superhéroes que mejor se hubieran quedado en casa, tranquilitos.
Y, ahora, si no han entendido nada, cosa que no me asombra, les recomiendo que dejen de leer esta reseña y se vaya corriendo, o a paso ligero, a buscar el último álbum de Súper López, titulado El Supergrupo contra Los Demoledores. Obra del sin par, e inigualable tándem Efepé (Francisco Pérez Navarro) y Jan (Juan López) este álbum es, sin duda, una de las mejores colaboraciones entre ambos autores no sólo por la calidad indiscutible de ambos autores, sino por la cantidad de chistes privados presentes, legión casi diría yo.
Ojalá la colaboración entre ambos continúe muchos, muchos años más.
Agradezco a los dos autores el material cedido así como su tiempo para contarme cosas sobre esta aventura.
Para más información: http://www.edicionesb.com/catalogo/categoria/comics-y-novelas-graficas_15.html y http://www.leprechaun.es/
© Ediciones B por la presente edición, 2015
© Juan López, 2015
MAGOS DEL HUMOR 169: SUPER LOPEZ
EL SUPER GRUPO CONTRA LOS DEMOLEDORES
Autores: EFEPÉ y JAN
Formato: Cartoné
Páginas: 48 a color
Precio: 12€
Ediciones B
Sobre este blog
Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.
