Absuelven al cirujano acusado de la muerte de una joven canaria obesa
El Juzgado Penal número 6 de Barcelona ha absuelto al cirujano Carlos José B., acusado de homicidio imprudente por la muerte de una paciente canaria de 186 kilos tras ser sometida a una operación de obesidad en 2003 en la Clínica Teknon de Barcelona.
Según la sentencia absolutoria, las dos operaciones por laporoscopia practicadas a la paciente -la segunda cinco días después de presentar síntomas de infección- no pueden tenerse “como la causa primera y directa del resultado de muerte, al no haberse hecho necropsia”.
El juicio por la muerte de la paciente quedó en diciembre visto para sentencia después de que el cirujano procesado, durante su turno a la última palabra, proclamara como defensa que fue “el único que aceptó operar” a la fallecida, Montserrat P.C., de 44 años.
La sentencia señala que “nada hacía sospechar de la grave dolencia que días después se manifestó” en la paciente que reingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) al sufrir una insufiencia respiratoria y comenzara a mostrar síntomas de infección.
El texto asegura que “el doctor efectuó un correcto seguimiento de la paciente, participó en el descubrimiento de síntomas y aplicación de terapias oportunas y adecuadas para contrarrestar las patologías que fueron surgiendo tras la intervención, cuando los síntomas de peritonitis no eran aún evidentes ni de relevante signfiación en relación con todos los otros datos de sintomatología (...) que no hacían pensar sobre la realidad de una infección a nivel abdominal”.
Tampoco aprecia “retraso”, como denuncian la familia de la mujer, en la reintervención de la paciente, por parte del acusado Carlos José B.
La Fiscalía solicitaba dos años de prisión por homicidio imprudente, otros tres de inhabilitación para ejercer y una indemnización de más de 100.000 euros al esposo, a los hijos del matrimonio y a los padres de la fallecida, mientras que la acusación particular solicitaba un año de cárcel y la prohibición de operar durante otros dos.
El Ministerio Público sostuvo que no se registraron complicaciones durante la intervención a la que se sometió Montserrat P.C., pero en los días posteriores empezó a sufrir pérdidas por los suturas quirúrgicas, una complicación de “absoluta gravedad”.
Pese a las quejas de la paciente y a que el 9 de noviembre empezó a salir bilis por uno de los drenajes, el procesado, Carlos José B., sólo ordenó que se le realizara una radiografía, una prueba de “escasa sensibilidad y mínimo grado de fiabilidad”, en lugar de hacerle una ecografía abdominal o un TAC, que hubiera permitido “demostrar que había una perforación accidental intestinal” y una infección grave, según los acusados.
No fue hasta el día 12 que se le practicó una ecografía que confirmó que la paciente sufría una infección, por lo que el acusado la operó de urgencias. Sin embargo, la mujer falleció al día siguiente por un fallo multiorgánico provocado por gérmenes de origen intestinal. La Fiscalía achacó el fallecimiento de Montserrat P.C. al “retraso en el diagnosis y en la instauración de un tratamiento en la infección abdominal”.