Adolescentes transformados en profesores de Primaria: un proyecto para combatir el ciberacoso
“Las redes sociales pueden ser un peligro si no las utilizas bien”, “hay que valorar si las fotos que subimos son acordes a nuestra edad y con quién las compartimos”, “somos referentes para los más pequeños”. Son algunas de las frases que repetían este viernes adolescentes de distintos centros públicos de los municipios grancanarios de Telde y Valsequillo, alumnos de nueve institutos que han participado en un proyecto llamado Ayudantes Tic, cuyo objetivo es fomentar el buen uso de las nuevas tecnologías entre los jóvenes y evitar el ciberacoso.
Para ello, más de cien alumnos de los dos últimos cursos de Secundaria y primero de Bachillerato han ejercido el papel de profesores ante niños de sexto de Primaria. Después de estudiar a fondo las ventajas y desventajas que ofrecen las nuevas tecnologías, especialmente las redes sociales, han transmitido a los más pequeños cómo utilizarlas de forma correcta y lo han hecho por medio de charlas, talleres, actividades… que han tenido que preparar previamente. Una experiencia que han calificado este viernes de “motivadora” y que les ha enriquecido, mejorando sus habilidades comunicativas, el trabajo en equipo y sobre todo, aprendiendo valores como el respeto y la solidaridad con los compañeros.
Ante el aumento de situaciones de acoso a través de Internet, la fundación Yrichen en colaboración con la Consejería de Educación del Gobierno canario, ha desarrollado esta iniciativa innovadora en las aulas, que va más allá de las charlas que puedan impartir los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado. Y es que, en este proyecto, son los propios jóvenes quienes toman conciencia y quienes se forman en esta materia para ayudar a otros que aún no van al Instituto. “Es una forma de fomentar el compañerismo, la solidaridad e incluso que cuando estos niños acaben la Primaria puedan pedir ayuda a estos jóvenes cuando tengan un problema”, afirma Mónica Suárez, profesora del IES Guillermina Brito que ha participado en este proyecto por segundo año consecutivo.
Este viernes, los alumnos y docentes de los distintos centros que han participado han compartido sus experiencias en el CEP de Telde, en un encuentro donde su labor ha sido reconocida. Tardes de preparación en los centros (fuera del horario lectivo), las ansias de querer ayudar a más niños, los días de formación previa, el desarrollo del ingenio para buscar métodos con los que transmitir a los pequeños lo que han aprendido… son algunas de las tareas y retos que estos adolescentes se han marcado en el último año.
El grupo del IES Jinámar, que también participa por segundo año, dio un paso más allá e hizo una pequeña investigación sobre el uso del teléfono móvil. Quedaron sorprendidos al ver que hay muchos niños con un grado de adicción alto. A su vez, el IES Casas Nuevas desarrolló la actividad con padres del instituto. “Los niños tienen que aprender a escuchar el 'no' y hay que poner límites”, señalaba una alumna de este centro, mientras que otra apuntaba que “por ejemplo, regalar un teléfono móvil en la Primera Comunión no es una buena idea, porque cada cosa tiene su edad y su momento”.
Cada centro transmitió durante el acto algunos valores aprendidos. Desde el IES Las Huesas subrayaron, entre otros aspectos, la importancia de aprender a manejarse con el miedo escénico. El IES Lila destacó la manera en la que se distribuían las tareas, cómo cooperaban todos los miembros del proyecto y resaltaron la labor de los voluntarios del ciclo de Integración Social que se imparte en este centro. Para el IES Fernando Sagaseta, la experiencia supuso una superación. El profesorado destacó cómo los estudiantes fueron mejorando, ganando en coherencia y en trabajo en equipo a medida que avanzaba el proyecto.
Para el dinamizador en Convivencia Escolar, Raúl Saavedra, uno de los ponentes del acto, estos estudiantes demuestran la valía de los jóvenes, que están fomentando “relaciones saludables en las escuelas, creando puentes de una forma justa y pacífica”, lo que están haciendo es, a su juicio “pura medicina social”. Además, invita a que estas acciones sean su actitud de vida por una cuestión de “compromiso social”.
Saavedra también dio algunas ideas de cómo mejorar en oratoria y, para ello, pidió a cuatro alumnas que participaran en una actividad, donde pudieron aprender sobre la importancia de cuidar los gestos, la mirada, la posición, la entonación… a la hora de comunicar.
Los estudiantes también apreciaron cómo un mal uso de las redes sociales puede acarrear problemas graves en su vida. Lo hicieron a través de una obra de teatro de la mano de La Granuja Producciones, que contaron a través de cinco personajes la historia de una joven que tras subir algunas imágenes comprometidas a las redes termina siendo víctima de una trampa por una de sus amigas, quien sube una de sus fotos a una página de contactos.
La situación le lleva incluso a perder un puesto de trabajo, ya que durante una entrevista analizan su imagen virtual. En la escena además se aprecian imágenes de machismo y celos que son captadas por estos alumnos y analizadas en un posterior debate, donde también ahondaron en los prejuicios que se generan con las fotos publicadas en redes y en cómo los “me gusta” cambian el estado de ánimo de los usuarios.
“Ser un buen ejemplo para los más pequeños”, es la principal conclusión que extrae Jorge Hernández Duarte, presidente de la Fundación Canaria Yrichen que ha clausurado el acto con la esperanza de que los niños a quienes estos jóvenes han enseñado sobre nuevas tecnologías puedan acudir a ellos en el Instituto si tienen algún problema. Según recordó, estos adolescentes “son un referente para los más pequeños” y se ha enorgullecido del trabajo realizado este año.
Al encuentro de centros celebrado este viernes han acudido también la alcaldesa de Telde, Carmen Hernández; el alcalde de Valsequillo, Francisco Manuel Atta Pérez; la directora de Innovación de la Consejería de Educación y Universidades del Gobierno de Canarias, Teresa Acosta; la concejala de Educación de Las Palmas de Gran Canaria, Carmen Lourdes Armas Peñate y la directora del CEP de Telde, Carmen Batista Melo.