Ni rey ni drag, Alberto Starkmann quiere ser Reina del Carnaval

El joven Alberto Starkmann, de 22 años, en el Parque Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria

EFE

Las Palmas de Gran Canaria —

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El joven Alberto Starkmann quiere ser Reina del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, reina, ni rey ni drag queen, y ha comenzado a batallar para cumplir su sueño: portar la corona y lucir una fantasía en la gala como el primer hombre candidato al trono de las fiestas.

Para este joven de Telde, de 22 años, “poder desfilar con una fantasía” como las que se lucen en las galas de la Reina de Carnaval y optar al título es “una ilusión personal” que podría abrir la puerta a “muchos otros chicos que están detrás”.

Starkmann lleva varios años “buscando en privado diseñadores para hacer este proyecto realidad”, pero ante la falta de apoyo y respuesta ha decidido “hacerlo público”. Esta semana dio a conocer su caso en un periódico local y ya hay patrocinadores y diseñadores que han contactado con él. “Lo agradezco enormemente”.

El carnaval, recuerda este joven en una entrevista con Efe, “es diversidad y libertad” y, por tanto, “es normal que se cambien las bases”, que por el momento solo admiten a candidatas mujeres (salvo en la versión infantil, que se abrió a los niños la pasada edición).

“La respuesta ha sido positiva”, relata Alberto Strakmann, que dice sentir mucho respaldo de “gente vinculada al carnaval, drags y demás”, que le han trasmitido que “es una gran idea” y que han elogiado su valentía al “contarlo para llevarlo adelante”.

Desde su punto de vista, “hay que ampliar las mentes, mejorar, seguir evolucionando en fiestas como el carnaval”, porque “el nuestro se representa en la diversidad y la libertad”.

Su idea es desfilar con su nombre, Alberto, y lucir “una fantasía femenina como las que se ven en la galas”, lo que para él “sería mágico” y “un ejemplo para personas que vengan detrás”. “Las hay, me consta”, enfatiza.

“Yo no quiero ser ni rey ni drag, yo quiero ser reina”, insiste este joven, que aboga por “una gala mixta, en la que tanto hombres como mujeres puedan aspirar al título”, sin importar el género, sino “el diseño y la puesta en escena”.

Para él, todo esto representa “una ilusión muy grande”, ya que lleva toda la vida imaginándose “cómo sería el traje, la música, y cómo interpretarla”, algo que le genera “muchísima alegría”.

En esta batalla está decidido a “darlo todo”, tanto bajo el escenario para hacerlo realidad, como si puede optar a desfilar.

Por ello, se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, la página web del carnaval y la concejal responsable de la fiesta, Inmaculada Medina (PSOE), con la intención de reunirse con ella y su equipo “y encontrar una solución”.

Aunque de momento no ha tenido respuesta, espera y confía en “tenerla pronto”. Él es consciente de que no le espera “un camino de rosas ni fácil”, por eso quiere contarles “en primera persona a los encargados de la fiesta” su objetivo y “buscar las soluciones”.

Starkmann desearía “participar con el resto de candidatas, no como rey y reina por separado”, ya que, a su juicio, “se trata de unir no de separar”. A título personal, quiere “competir con el resto de diseños por igual, con un traje femenino”.

Este joven se confiesa “totalmente carnavalero” y desde hace años participa en las carnestolendas de Las Palmas de Gran Canaria “tanto en disfraces infantiles cuando era más pequeño, disfraces adultos y también en oberturas de la gala Drag Queen y la gala de la Reina”.

“Estoy seguro de que hay gente como yo, que de niño me pregunté ¿y por qué no?”, señala.

La demanda que abandera se plantea tras la participación del primer niño candidato a Reina Infantil, que desfiló en la pasada edición, en febrero de este año. Starkmann recibió esa iniciativa “con gran alegría, fue un paso adelante”, y ahora que piensa que ha llegado “la hora de ir a por la gala adulta”.

Ante la posible polémica que pueda despertar su propuesta, admite que ha recibido críticas, pero también remarca que su familia está de acuerdo y le apoya. Su intención no consiste en “generar polémica”, sino que piensa que está defendiendo “algo bonito y bueno”. “No hago daño a nadie y tengo la mejor intención de todas”.

En cuanto al proceso, Alberto Starkmann espera que “seguramente sea largo”, si bien percibe que “la cosa avanza” y, a día de hoy, se siente “muy arropado”. Y él está “decidido y preparado” para calzarse “los tacones y lucir el traje, le pese a quien pese”.

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