Arranca la campaña de quemas controladas en Gran Canaria para poner a punto los cortafuegos y evitar incendios forestales
Personal de la Unidad Operativa de Fuegos Forestales, los Equipos PRESA, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, lleva a cabo esta semana en la cumbre la campaña de quemas prescritas destinada tanto a limpiar las áreas cortafuego y, con ello, a prevenir los incendios forestales como a entrenar al personal que hace frente a estos siniestros. Las labores se desarrollan junto a efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) de la base de Gando y a un grupo de Bomberos de la Comunidad de Madrid trasladados a la isla desde el domingo 17 de abril.
Estas operaciones se enmarcan en un Plan General de Quemas que, a su vez, forma parte de un Proyecto de Selvicultura Preventiva, y tienen como objetivo contar con zonas estratégicas de la Isla tratadas y limpias mediante fuego prescrito, para que Gran Canaria esté más preparada, con áreas cortafuegos, para hacer frente a los grandes incendios forestales.
“Estas maniobras han hecho posible que, en estos momentos, dispongamos en la Isla de unas mil hectáreas seguras, que vamos manteniendo con trabajos de motosierra, desbrozadoras y con estos fuegos controlados”, asegura Federico Grillo, jefe de la Sección de Emergencias y responsable de incendios forestales del Cabildo de Gran Canaria. “Y de este modo, podemos evitar que los incendios que llegan a las partes altas de Gran Canaria pasen del norte al sur, mediante el salto de las cenizas o las pavesas a grandes distancias”, añade.
Con ese propósito, esta semana han comenzado las primeras quemas prescritas del año. “No ha sido posible realizarlas con anterioridad debido a que había una gran humedad en el ambiente”, aclara Grillo. “Pero, la pequeña ola de calor que se produjo en Semana Santa ha secado las zonas y ahora ya tenemos las condiciones idóneas para trabajar”, especifica.
La campaña se desarrolla todos los años, entre otras zonas, en la Cumbre, desde Tamadaba a Los Marteles, y se ejecuta a diario en aquellos lugares en los que la meteorología lo permite. Así, este lunes se operó en el Pico de la Gorra, en donde se continúa hoy martes, y los expertos prevén trasladarse al área de Los Llanos de la Pez el jueves y el viernes.
Las tareas las realizan cada día una decena de bomberos y bomberas forestales del Cabildo, junto a un pelotón de la UME y a siete agentes de Bomberos de la Comunidad de Madrid, que se han trasladado a Gran Canaria con el fin de aprender las técnicas de prevención de incendios que aplican los expertos de la Corporación Insular.
El proceso de quema implica, además de una limpieza de la zona tratada, una mejora de las capacidades de las unidades una vez declarado el incendio. Consiste en utilizar el mismo fuego como un instrumento de extinción (fuego técnico), para lo que queman la zona situada por delante del incendio y se apoyan en carreteras y en caminos, e incluso crean pequeñas sendas como líneas de defensa, de modo que, cuando las llamas llegan a esos puntos, se detienen.
“Se trata de unas maniobras específicas para esas partes de los incendios que son más difíciles de controlar y que han convertido Gran Canaria en pionera en Europa en estas prácticas”, recalca Federico Grillo. “Empezamos en 2001 y ahora, tras 20 años de experiencia, en muchos lugares nos consideran maestros del fuego”, afirma.
Tal es así que, a lo largo de estos años, la UOFF de la Corporación Insular ha ayudado a otros operativos a formarse y a mejorar sus capacidades para luchar contra los incendios. Por eso, si bien los que hoy están en la Isla son bomberos de Madrid, en ediciones anteriores se ha contado con personal llegado de distintos rincones del país, como Granada, Asturias, Castilla La Mancha, Aragón o Navarra, entre otros.
El responsable insular de incendios forestales recuerda que “Gran Canaria posee varias áreas cortafuegos seguras, cuya eficacia se puso de manifiesto en los grandes incendios de 2017 y 2019, cuando conseguimos detener las cabezas de fuegos cuya virulencia era muy superior a la capacidad de extinción de los medios con que se contaba”.
De hecho, relata, en 2017 se logró que el incendio que asoló el Pico de La Gorra y Los Marteles no se extendiera a la cuenca de Tirajana, que tenía un potencial para quemar de más de 12.000 hectáreas. Y lo mismo sucedió en 2019, cuando se evitó que los fuegos de Artenara y Valleseco alcanzaran la cuenca de Tejeda por las pavesas (cenizas voladoras) que, en caso de grandes incendios forestales, pueden saltar a decenas de kilómetros con lo que la gestión de la prevención debe ir encaminada a detener la virulencia que genera ese salto.
“Estas campañas nos sirven tanto para limpiar y mantener a punto nuestra zona segura como para formar a nuestro personal y a otros colectivos que, en caso de que se produzca un incendio en la Isla, ellos mismos son quienes vienen a ayudarnos”, concluye Federico Grillo.
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