El Blues del Pescador
Me desperté frente al mar oliendo a metal y el sonido del carrete soltando tanza. Esos tres o cuatro minutos sesteando de pié y caña en mano dieron para soñarme de nuevo en la litera de mi celda, durmiendo de lado y con la almohada entre las piernas.
Me pasa casi todos los días desde que vengo a esta roca. Me duermo con los ojos abiertos y estoy sin estar allí. Cuatro años en la trena tienen eso. Estar alerta hasta cuándo soñabas.
Todo lo que pesco lo devuelvo al mar.
No sin antes contarles que soy inocente.
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