Cataluña plantea flexibilizar la edad de entrada a la escolarización
BARCELONA, 28 (EUROPA PRESS)
La Consejería de Enseñanza de la Generalitat ha iniciado un estudio sobre la incidencia que tiene en el éxito académico empezar la escolarización en determinada edad, de modo que pueda flexibilizarse la entrada al sistema, que actualmente es de tres años cumplidos entre enero y diciembre.
En la Comisión de Educación del Parlamento autonómico, la consejera Irene Rigau ha anunciado que la Inspección Educativa, el Consejo Superior de Evaluación y la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB) han emprendido un estudio para detectar si los niños nacidos durante los primeros meses del año tienen más éxito que los más pequeños de la clase.
De esta investigación, que se prevé que esté terminada a finales de este mismo año, saldrán propuestas para realizar ante el Congreso, ya que se trata de una competencia estatal.
La consejera ha defendido que no tienen la misma madurez los niños que cumplen los tres años en enero que los que empiezan el curso en septiembre con dos años largos y cumplen tres en diciembre: según ella, puede incidir en su rendimiento los primeros años de escolarización, ya que es la etapa donde se inician en las competencias de lectoescritura.
POR DOS DÍAS DE DIFERENCIA
Es probable que los niños nacidos durante el primer semestre tengan “un rendimiento más normal”, mientras que los repetidores son mayoritariamente los nacidos a final de año, todo ello motivado por nacer con dos días de diferencia.
“Esta edad es muy primeriza como para ser tan rígidos, por lo que hay que ver si nos podemos adaptar a su madurez y si ello significaría mejoras”, ha dicho Rigau, quien ha avalado estas hipótesis en los casos de otros países como en Holanda, donde los alumnos se incorporan al día siguiente de cumplir cuatro años.
Anteriormente, en España se accedía al sistema al haber cumplido los tres, de modo que si el alumno no tenía la edad en septiembre debía esperarse al próximo año, ha explicado Rigau como una de las propuestas de la Consejería.
No obstante, ha defendido que “no se presenta como la gran solución” contra el fracaso escolar, pero puede contribuir a elevar los niveles de éxito escolar de los alumnos españoles.
