El coche fantástico se da un paseo por la capital grancanaria
El Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) presentó este martes en Las Palmas de Gran Canaria su proyecto Cibercar, un coche inteligente que se puede conducir sin usar las manos ni los pies y que es capaz de parar cuando encuentra un obstáculo o un peatón en la calzada.
Estas son algunas de las capacidades de este prototito, que cuenta con un gemelo y cuya confección ha costado siete años de trabajo, explicó durante un recorrido de demostración José Eugenio Naranjo, uno de los integrantes del proyecto impulsado por el CSIC que ha sido presentado en el Congreso Eurocast 2007.
Con la ayuda de un sistema de cartografía digital, un GPS de alta definición que ofrece una resolución de un centímetro y un sistema basado en inteligencia artificial, el ordenador que este cibercoche lleva en el maletero “puede hacer una conducción parecida a la que hace una persona.
El vehículo automatizado lleva además dos cámaras de visión artificial que son capaces de detectar obstáculos y peatones en la carretera, de tal forma que si se cruza una persona, “el coche se para no atropella”.
El CSIC trabaja en la actualidad para incorporar a este vehículo otras capacidades, como la de mantener la distancia de seguridad, adelantar y circular de forma automática en las intersecciones, refirió Naranjo.
Una ficción hasta 2037
Aunque consideró que por las carreteras españolas no circularán vehículos totalmente automatizados hasta dentro de al menos treinta años, Naranjo aseguró que en cinco sí podrá haber algunos que incorporen parte de estos sistemas, como los que permiten mantener la distancia de seguridad, detectar peatones, hacer paradas de emergencia, o indicar si se puede o no adelantar.
Teresa de Pedro, quien, junto a Ricardo García, dirige este proyecto, denominado Cibercar II, explicó que el interés del CSIC es “tener un buen escaparate en el que mostrar las técnicas que se desarrollan en España para conseguir que los coches se muevan sin conductor, si no en todas las situaciones, sí en aquellas que son peligrosas o aburridas” para quien los maneja.
Otro “subproducto” que incorpora este prototipo, dijo, consiste en que “el mismo sistema que conduce el coche solo puede ir advirtiendo al conductor con anticipación qué es lo que debe hacer: si debe frenar porque llega una curva pronunciada, si otro coche interfiere en su ruta al llegar a un cruce o si hay obstáculos en la carretera”.
De Pedro explicó que con Cibercar II se ha logrado “automatizar los mandos del coche” y también dirigirlo en maniobras más complejas, como la de “circular solo en atascos” adaptando la velocidad a la del que circula delante.