Un buque con denuncias por explotación infantil sortea LPGC
Apenas dos millas separaron este miércoles por la noche al mayor buque pesquero-factoría del mundo del Puerto de La Luz y de Las Palmas. El Lafayette, de bandera rusa, tenía previsto atracar en el muelle de la capital grancanaria el martes a las 09.00 horas tras zarpar el pasado jueves de Ferrol (A Coruña) en medio de una turbia polémica por el archivo de la investigación sobre un presunto caso de explotación infantil a bordo del barco.
Sin embargo, sobre las 21.00 horas de este miércoles, cuando se aproximaba a la bahía capitalina y a pesar de que había solicitado atraque a la Autoridad Portuaria, el buque modificó bruscamente su rumbo y se alejó de la Isla en dirección noreste. A primera hora de este jueves, el Lafayette ya se encontraba a más de 44 millas de La Luz, aunque en las últimas horas ha ralentizado la velocidad de navegación (de los 11 nudos por hora a 1).
El barco llegó el pasado 13 de octubre al puerto de Ferrol procedente de Islas Feroe para una reparación de tres meses. Fue un trabajador de los astilleros quien, tras consultarlo con asociaciones como Save The Children y Amnistía Internacional, presentó sendos escritos ante la Fiscalía General del Estado y la sección de menores de la Fiscalía Provincial de A Coruña para denunciar que había visto al menos a una decena de niños de entre 8 y 14 años trabajando en el interior del buque.
“Al principio me imaginé que eran familiares de los marineros, pero llegué a ver a algunos de ellos cargando sacos de arroz de 25 kilos. Solo salían por la noche, por el día estaban escondidos”, relata el trabajador en declaraciones a CANARIAS AHORA. La denuncia fue presentada el 22 de noviembre, fecha en la que, según la Fiscalía de Ferrol, se establece el dispositivo policial y arranca una investigación que archiva dos días después al no apreciar “indicios de presencia de menores a bordo”. Horas después de esta decisión, el buque partió hacia Las Palmas de Gran Canaria, a pesar de que su intención era permanecer al menos dos meses más en el puerto gallego.
La Fiscalía reconoce que no se pudo registrar todo el buque al no contar con los permisos de extranjería y de la embajada de Rusia. El ministerio público precisa que los pasaportes de los aproximadamente 200 miembros de la tripulación estaban en regla y que en el Lafayette había trabajadores de 18 años y nacionalidad vietnamita “que pudieron ser confundidos con menores”.
“Puedo confundirme en si tenían 12, 13 o 14 años, pero algunos me llegaban por la cintura. Otros no tendrían más de 10 años”, asegura el denunciante, quien insta a las autoridades a revisar las cintas de las cámaras de seguridad del recinto portuario, que “abarcan todo el astillero, tienen visión nocturna y se guardan más de un mes”.
El trabajador afirma que algunos de sus compañeros llegaron a acceder al interior del buque después de que se desplegara el dispositivo policial y que vieron a los menores “confinados en la cocina”. “Debían estar avisados, porque no bajaron del barco más”, señala.
En el escrito presentado ante la Fiscalía, el denunciante apunta que los niños “trabajaban más de 10 horas al día, apenas tenían ropa, estaban en sandalias y dormían sobre cartones”. Además, incide en que otros trabajadores estarían dispuestos a declarar como testigos, pero no a denunciar por “miedo a represalias laborales”.
AGAMME (Asociación Galega contra o Matrato ao Menor) ha hecho un llamamiento a otras asociaciones similares para que “defiendan los derechos de los menores y actúen allá donde vaya el buque, en espera de que ninguna Fiscalía actúe de la manera que lo hizo la de A Coruña”.