DESI, un nuevo instrumento telescópico a la caza de la energía oscura
El universo se expande aceleradamente y detrás de esta expansión está la energía oscura, de la que, si bien se estima que constituye el 70% del universo, no se conoce ni su fuente, ni su física, ni cómo funciona, misterios que tratará de resolver un nuevo instrumento telescópico con colaboración canaria.
Se llama DESI (siglas en inglés de instrumento espectroscópico para la energía oscura) y estará en el telescopio Nicholas U. Mayall, en el observatorio nacional de Kitt Peak (Arizona, EEUU).
En los prototipos necesarios para su desarrollo han participado investigadores y tecnólogos del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), la Escuela Politécnica Superior de la Universidad Autónoma de Madrid, del Instituto de Astrofísica de Canarias y del Instituto de Física Teórica.
Su construcción se acaba de poner en marcha y para ello se ha parado durante un año las operaciones de Mayall: con 45 años, este telescopio se prepara crear el mapa tridimensional más grande del universo.
Con este atlas “se podría ayudar a resolver el misterio de la energía oscura, responsable de la expansión acelerada del universo”, señala el IAA-CSIC, cuya participación y la de otros centros españoles en los prototipos se describen en un artículo publicado recientemente en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
En el universo, la materia normal es la que integra los planetas, cuerpos o estrellas que vemos brillar y representa el 5%. El resto está en forma de energía y materia oscuras, fenómenos distintos.
La materia oscura, cuya existencia se formuló hace más de medio siglo, no emite luz pero ejerce atracción gravitatoria y representa el 25% del universo.
La energía oscura es diferente: se creía que la expansión del universo era producto del big bang en que se originó todo; se aceptaba que en algún momento esa expansión acabaría frenada por el efecto contrario de la fuerza de la gravedad que liga entre sí la materia, pero no es así.
Se cree que existe algo que de alguna forma crea cada vez más espacio entre las galaxias: la energía oscura.
Esto es lo que va a estudiar DESI: conocer la naturaleza de la energía oscura es uno de los problemas más relevantes de la física y la ciencia actual, relata a Efe Francisco Prada, del IAA-CSIC y autor del citado trabajo.
“DESI podrá medir la historia de la expansión del universo con muy alta precisión, lo cual nos aportará pistas para saber qué es la energía oscura, si es debida a la constante cosmológica tal y como aparece en las ecuaciones de la relatividad general de Einstein o quizás estas nuevas observaciones nos den evidencias de otra teoría de la gravedad diferente”.
DESI, cuya campaña de observación empezará en 2019 y durará cinco años, creará un mapa tridimensional de unos 30 millones de galaxias y cuásares -galaxias que albergan agujeros negros supermasivos en sus núcleos-, y para ello usará un conjunto de 5.000 robots giratorios cuidadosamente coreografiados para apuntar su cable de fibra óptica a una secuencia programada de objetos del espacio profundo.
Los cables de fibra óptica transportarán la luz de estos objetos a diez espectrógrafos, que medirán sus propiedades y ayudarán a identificar la distancia de los objetos y la velocidad a la que se alejan de nosotros: DESI proporcionará una mirada profunda al universo primitivo, hasta hace unos 11.000 millones de años.
Desde el IAA-CSIC se lideró el diseño y construcción -con la empresa guipuzcoana Added Value Solutions- de un prototipo que ha servido para el desarrollo final de los robots de DESI.
“Desafortunadamente no conseguimos la financiación necesaria para poder contribuir con la construcción del instrumento”, añade Prada, quien asegura que España sí estará en las observaciones y explotación de datos.