Día de π Pí (3,14)
No recuerdo qué canal había programado para el 14 de marzo del año pasado la emisión de Cortina Rasgada, la estupenda película de espías de Alfred Hitchcock que yo, con el mercurio encaramado a más de 40 de fiebre con los que amanecí aquel día, traté de ver envuelto en las tres mantas que tenía al alcance. Estaba, como cantó Manolo Tena con su grupo Alarma, “ardiendo y sintiendo frío”. Y ha sido hoy, a cuenta de aquella fecha, cuando entendí la coincidencia por la que el número π pi era la clave de todo. En la película y por qué eligieron esa fecha para emitirla: el 14 de marzo es, por el formato de fecha propio de Estados Unidos (3,14), el Día mundial de π Pi.
Al mismo tiempo que se emitía la película, todas las cadenas generalistas empezaban a dar cuenta, cada hora, cada minuto, del principio de un Estado de Alarma que hoy, un año después, aún mantenemos.
Una de tantas curiosidades de π Pi es que siendo un número irracional consiguió doblegar, durante siglos, la razón de matemáticos a lo largo y ancho del mundo. Y hay muchas más. Infinitas.
Con sólo sus 100.000 primeros decimales daría para que, colocados en línea recta y con el tamaño de los números de las matrículas de los coches, completara, como este maldito virus ha hecho, la vuelta al mundo.
Y aunque uno vislumbre con cierto optimismo la luz al final del túnel, lo cierto es que la longitud de decimales de nuestra resiliencia terminará por ser tan larga como la de π Pi. Apunta también a infinita. Contando con que la luz al final del túnel no sea un tren viniendo de frente, claro.
Cumplimos un año de repliegue táctico de supervivencia al que no todos sobrevivieron. Un año que dio para muchos especiales de fin de año. Un año que, al igual que la condición irracional del número Pi, contagió a tanta gente de irracionalidad. Un año en el que el ruido ensordecedor de presuntos políticos, tertulianos y conspiranoicos de todo pelaje y condición contrastó con el silencio sepulcral y luctuoso de la muerte, que hemos visto cobrarse almas a su causa a golpe del largo pitido final de los electros y respiradores de las UCIs...
Piiiiiiiiiiiiiiiiii... Ese es el Pi de todos los días que no celebramos el día de π Pi.
Será por esto que ya pasó un año en el que no hay casi nada que celebrar.
Lo haremos cuando cese ese pitido.
Ese día sí, rescataremos y celebraremos a π Pi para el festejo, para el reencuentro... y nos vamos de paseo… π π π
0