La Diputación del Común critica que “no ha habido avances contra la precariedad” de las camareras de piso en Canarias
La adjunta de Igualdad de la Diputación del Común, Beatriz Barrera, ha criticado este miércoles que, cinco años después del informe de esta institución por la precariedad de las camareras de piso (conocidas como kellys), “no ha habido avances” para revertir la situación.
Crítica que Beatriz Barrera ha hecho por medio de un comunicado tras reunirse con representantes del colectivo de camareras de piso “Unión Kellys Tenerife”, que han denunciado las duras condiciones laborales que sufren y la negativa de la patronal a ampliar la plantilla para aliviar la carga de trabajo.
Beatriz Barrera recordó que en 2018 desde la Diputación del Común se abrió una actuación de oficio sobre la situación de “las kellys”, dirigida a la Dirección General de Trabajo del Gobierno de Canarias de aquel entonces, que adquirió el compromiso de revertir esa situación.
Pero, indica Beatriz Barrera, “cinco años después no ha habido avances”, por lo que ha solicitado una reunión conjunta con la consejera de Turismo y el director general de Trabajo del Gobierno de Canarias para analizar la situación y buscar soluciones.
Al mismo tiempo, la Diputación del Común dará traslado al Defensor del Pueblo de las reivindicaciones del sector que corresponden el Gobierno de España.
En el comunicado, la Diputación del Común indica que la vicepresidenta de “Unión Kellys Tenerife”, María Noel Navas, afirma que trabajan con plantillas reducidas y sufren un desgaste físico y mental que las obliga a automedicarse.
Navas, prosigue la Diputación del Común, explica que lo habitual es que una camarera se tome dos ibuprofenos por día, además de ansiolíticos y otros medicamentos, y añade que no se cubren las bajas laborales, lo que tensiona aún más la situación.
Durante el encuentro, en el que también estuvieron presentes, Mónica García, presidenta de Unión Kellys Tenerife (por videoconferencia) y la asesora de la Diputación de Común Amanda Armas se manifestó que las trabajadoras “tienen miedo a luchar por sus derechos laborales por las posibles represalias”.
“Son muchas las mujeres de familias monoparentales y existe el miedo a perder el único ingreso para la familia”, se agrega en el comunicado.
Las camareras también piden que la edad de jubilación para su colectivo baje a los 58 años porque el porcentaje que consigue llegar a la jubilación es “ínfimo, debido a los problemas de salud que arrastran por las condiciones de su trabajo”.
1