“Uno de los reflejos de la crisis climática es la proliferación de incendios; tenemos un problema gravísimo”
El presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, respira aliviado después de una semana en la que un incendio forestal fuera de toda capacidad de control “le ganaba la batalla a la isla de Gran Canaria” y en el que hubo momentos en los que temieron lo peor: la pérdida de vidas.
Con los casi 10.000 evacuados de regreso a sus casas y una quincena de medios aéreos aún refrescando el terreno para que el incendio no se reavive con la alerta de calor de este fin de semana, Torres repasa en una entrevista con Efe los momentos críticos de esta catástrofe, que ha afectado a más de 10.300 hectáreas de terreno forestal, muchas de gran valor ambiental.
El presidente canario se siente orgulloso del cariño que la sociedad isleña está manifestando hacia los distintos servicios de emergencia que han combatido los tres incendios que ha sufrido Gran Canaria en menos de dos semanas y agradece el apoyo que ha recibido durante estos días de representantes públicos de todo signo, desde el rey, el presidente del Gobierno y los líderes de la oposición, hasta el último alcalde del archipiélago.
P. ¿Cómo se transmite al ciudadano que no hay capacidad humana para parar un incendio?
R.- Es que no había otra opción. Era la verdad. En estos trece días hemos tenido varios momentos críticos. Uno fue en el primero de los incendios, que empieza un sábado y camina con cierta normalidad durante ese día, pero se complica por la noche con un cambio de los vientos. El domingo, ya llegaba la UME y parecía que las cosas iban mejor. Nos acostamos con un mensaje positivo, porque entendíamos que el lunes el incendio podía estar controlado. Sin embargo, esa noche, sobre la 1.30 de la mañana, recibo una llamada del alcalde de Tejeda y me traslada que están evacuando el casco, porque el fuego había entrado en el barranco y estaba a las puertas del pueblo.
Tuvimos suerte, porque el barranco es un cañaveral y allí no podíamos actuar ya con medios terrestres, pero el incendio se comió a sí mismo, se ahogó. De no haberse ahogado en el barranco, hubiese llegado al casco de Tejeda y el daño hubiese sido absoluto.
Lo mismo ocurrió con el tercer incendio, la noche del lunes, cuando dijimos que gran parte del incendio estaba fuera de capacidad de extinción. No había posibilidad ni aérea ni terrestre de atajarlo ni de atacarlo. Esa noche estábamos preparados para lo peor. Y era que el incendio entrara en Inagua, caminara con tremenda velocidad empujado por el viento hacia San Bartolomé, Mogán y La Aldea, que entrase en toda la zona sur, que volviese a remontar hacia Tejeda... con cual estaríamos hablando del incendio más grave que haya tenido Canarias. Pero el viento desapareció y se pudo contener con los medios terrestres sin que llegara a Inagua.
De haber entrado allí, hubiese tenido una propagación inmediata, hubiera arrasado la reserva natural y hubiéramos tenido que olvidarnos de otra cosa que no fuera salvar vidas.
¿En algún momento temieron que hubiera daños personales?
En esos dos momentos: la noche del domingo al lunes del primer incendio y la noche del lunes una semana después. La primera fue en Tejeda y la segunda en la zona sur hacia Mogán. En ambos casos, temimos la pérdida de vidas humanas. Y en el segundo caso, es que regresaba también a Tejeda. Es verdad que el pueblo estaba desalojado, pero podía repetirse la situación de 2007, que el incendio fuera hacia el sur, a Fataga, Ayacata, Tasarte, Tasartico, La Aldea, Tunte, Mogán... todos lo recordamos. Y con riesgo de que hubiera turistas haciendo senderismo. La situación hubiese sido excepcional.
Para usted este incendio también tiene también un componente emocional, nació en esta isla y procede de la zona rural.
Y a eso añádanle que el tercer incendio, el más grave, comienza en Valsendero. Yo vivo muy cerca de allí, en el Zumacal. Allí está mi casa, así que también pudo quedar afectada la zona donde vivo. En cualquier caso, conozco bien la isla, conozco bien la zona donde comenzó este voraz incendio y sabía lo que podía pasar. Hay zonas de Gran Canaria que por su orografía, su verdor, su coyuntura, son especialmente vulnerables a incendios, zonas muy pobladas, con muchas viviendas diseminadas por el terreno.
¿Qué está ocurriendo para que en el curso de una semana se produzcan tres graves incendios forestales en la misma isla?
No lo sé. Es verdad que estamos ante olas de calor, con un agosto muy seco, tras un invierno en el que ha llovido muy poco... Todo ello perjudica, hay una sequedad del terreno tremenda. Si a eso se le suman temperaturas por encima de 40 grados y vientos de más de 50 km/h, tienes la tormenta perfecta para que se produzca un incendio forestal. Y si se origina en un lugar como Valsendero, donde el margen forestal está a 500 metros de muchas casas... Pienso en el casco de Valleseco, pero también en Lagunetas, Tejeda o Artenara... El riesgo es absoluto.
Ese incendio ha movilizado el mayor despliegue forestal de la historia de Canarias, pero ¿estuvieron todos los medios a tiempo?
Este lunes teníamos todos los medios aéreos en la isla, todos, y un millar de efectivos terrestres. Empezamos el día con 6.000 hectáreas quemadas. Cuando nos fuimos a la cama eran 10.000. Es decir, con todos los medios aéreos y terrestres, con 1.600.000 litros de agua arrojados, las hectáreas quemadas aumentaron 4.000. Hay momentos en los que ni siquiera con todos los medios lo puedes atajar, porque el incendio te vence. Hay zonas donde tienes que apartarte, porque pones en peligro la vida humana. Hay espacios como Tamadaba que son absolutamente inaccesibles. La afirmación que hicimos de que el incendio le iba ganando a la isla era cierta. El fuego nos iba ganando, íbamos a remolque, pero no porque no hubiera medios. Teníamos todos los disponibles y más. Ocurría que el incendio tenía una voracidad que el ser humano no puede frenar.
¿Es necesario replantearse los medios de prevención para adaptarse a este nuevo tipo de incendios, mucho más agresivos?
Sufrimos el cambio climático. Si no somos conscientes de que el aumento de las temperaturas eleva el riesgo de incendios, estamos yendo hacia un lugar equivocado. El planeta nada tiene que ver con lo que era 20 años atrás, tenemos un problema gravísimo y uno de los reflejos de la crisis climática es la proliferación de incendios.
¿Necesita Canarias que contar con presencia permanente de hidroaviones forestales en la temporada de riesgo?
A nosotros nos gustaría tener el máximo número de medios aéreos posibles. Ahora bien, la pregunta es: ¿Es mejor un hidroavión que Kamov (un helicóptero de gran capacidad de carga)? Los técnicos dicen que a la orografía de Canarias se adapta mejor un helicóptero que un avión largo. El helicóptero tarda tres veces menos en cargar y descargar agua que lo que tarda el hidroavión.
Los técnicos preferirían tener dos Kamov que un hidroavión, pero si me preguntan a mí, diría que me gustaría tener el mayor número de medios posibles, aunque reconozco que los medios son los que son y que el reparto se hace con criterios objetivos por parte del Gobierno central, en función de las zonas.
¿Tienen información sobre las causas de este incendio?
La Guardia Civil tiene una línea de investigación con dos posibilidades: una de carácter técnico y otra humana. Ha habido dificultades para acceder al lugar donde comenzó el incendio, porque la tierra está candente.
El fuego empezó justo en el centro de la isla. En el barranco de Crespo, en la zona de Valsendero, en Valleseco. Una zona frondosa con mucha vegetación, con una propagación inmediata y con vientos importantes que lo hicieron subir a mucha velocidad hacia la cumbre y bajar más despacio hacia la zona poblada del municipio. Si hubiese sido al revés, habría sido un drama. De haber empezado con gran velocidad hacia la costa y más lento hacia la cumbre, habría sido tremendamente peligroso para la zona alta de Valleseco
En pocos días sabremos ya cuáles son las causas del incendios, pero hay que recordar que la mayoría de los incendios los provoca el hombre, a veces por imprudencia o temeridad y otras, por la acción de algún desalmado que quiere hacer daño. Normalmente, suele ser lo segundo, por eso reclamamos a la sociedad civil que nos eche una mano facilitado información a los cuerpos de seguridad para que un acto como este no quede impune.
La batalla al fuego se está ganando, ¿cómo piensan ahora reparar la herida?
Ahora hay un proceso en el que los ayuntamientos, el cabildo y el Gobierno canario calibran los daños públicas y privados que se han producido y solicitan la declaración pertinente. Lo importante es que, en pocos años, todo se pueda recuperar, porque los daños económicos son cuantiosos. Estoy seguro de que en breve irá al Consejo de Ministros la petición de ayudas y la declaración pertinente.
Los principales líderes políticos del país han visitado la isla o le han llamado estos días. ¿Las visitas en casos de este tipo acompañan o estorban?
Yo me siento tremendamente agradecido por la solidaridad social y política que he recibido como presidente de Canarias. No tengo ninguna queja.
A mí me ha llamado desde Albert Rivera y Pablo Casado, a Fernando Clavijo y Asier Antona, que fueron mis rivales a la Presidencia de Canarias, hoy senadores. También todo el PSOE: Zapatero, Felipe... Pedro Sánchez ha estado aquí. Me llamó también el rey. Todos los cabildos se han puesto a disposición de este incendio. He recibido llamadas en momentos críticos de representantes canarios de la oposición, poniéndose al lado del presidente del Gobierno de Canarias.
Seguramente habremos cometido errores y habrá tiempo de analizarlos, pero creo que han sido muchos más los aciertos, porque tenemos un equipo técnico profesional de primer nivel.
¿Piensan canalizar la gratitud que ha manifestado el pueblo canario hacia los equipos de emergencia que han combatido este incendio con algún tipo de reconocimiento?
Ya he dado indicaciones para ello, porque además es merecido. Haremos un reconocimiento a quienes han trabajado para extinguir este incendio. ¿Cuál es la fórmula? Pues nos la tendrán que trasladar los servicios de protocolo, pero en cualquier caso merecen la máxima condecoración. Ya se han ganado el amor y la gratitud del pueblo canario y, además, a pulso. Y las administraciones estarán a la altura de ese reconocimiento público.